Los riesgos que sufren los migrantes a lo largo de la selva del Darién, cuyas consecuencias no solo incluyen daños físicos, emocionales y psíquicos, sino que pueden implicar, incluso, la muerte, están recogidos en un informe del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH UCAB), publicado este 19 de octubre, a partir del acompañamiento de dos venezolanos, titulado “Las Pesadillas del Sueño Americano”.
El informe, titulado Las pesadillas del sueño americano: Documentación de la ruta de dos venezolanos desde Colombia a EEUU, expone las cifras más recientes recogidas por las autoridades de Panamá, que indican que el número de personas que ha transitado por el Darién en los primeros nueve meses de 2022 supera al de toda la década anterior, con un registro de 158 mil personas. De ese total, 75% son venezolanos.
Investigadores del CDH-UCAB visitaron las poblaciones de Apartadó, Turbo y Necoclí en el Urabá antioqueño (Colombia) y a partir de entrevistas lograron documentar este recorrido, evidenciando que el llamado «Darién» no es necesariamente la etapa más dura del trayecto, sino una parte de esta peligrosa ruta minada de riesgos, ataques y contratiempos que no terminan cuando se sale de la selva.
El documento evidencia cómo las dificultades aumentan cuando los migrantes son personas con discapacidades, niños, niñas y mayores de edad; expone, además, las necesidades de protección para atender el flujo de personas por el corredor desde el golfo de Urabá (Colombia) hasta la frontera norte de México.
También muestra cómo la gran mayoría de los cientos de personas hacen el recorrido por Centroamérica cada día en condiciones de gran precariedad, por lo que la posibilidad de apoyo de las organizaciones que brindan asistencia en la ruta es limitada frente a una creciente demanda.
Según los datos incluidos en el reporte, los primeros registros de venezolanos usando esta ruta se remontan a 2019 y la mayoría no están conscientes de los peligros del trayecto, ni por las condiciones topográficas, ni de seguridad. Sin embargo, cuando superan el Darién, consideran que han pasado la peor parte, cuando no siempre es así. Los riesgos siguen latentes a todo lo largo de la ruta, tanto por la presencia de grupos armados y bandas criminales, como por la constante extorsión por parte de funcionarios públicos.
Aunado a los peligros propios del trayecto, el CDH advierte otras dificultades, entre ellas las políticas migratorias de los países por los que se transita y del propio destino final. La más reciente es la decisión que tomó el gobierno de Estados Unidos de impedir el flujo migratorio de venezolanos desde la frontera sur con México.
Del mismo modo, naciones como Colombia, Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México han comenzado a adoptar medidas que se transforman en barreras para los migrantes y refugiados, incrementando las restricciones que han generado represamientos críticos de personas en movilidad, sostiene el informe.
Para 2021 el incremento de venezolanos transitando este trayecto fué de 2.819 personas. Pero se estima que para 2022 el flujo alcance niveles sin precedentes. A finales del 2021, Venezuela era la quinta nación que más cruzaba el Darién y en 2022 se convirtió en la primera, desplazando a Haití y Cuba.