Capriles ha asumido el reto e indudablementeel riesgo. Las desventajas son muy grandes en su contra, pero estoy de acuerdo con él, lo peor es no luchar, dejar de luchar. Lo peor es darle la espalda a los estudiantes, a los presos políticos, a los desempleados, a los exiliados, a quienes han sido arbitrariamente expropiados, a los engañados, al país que quiere vivir en libertad y democracia y Capriles ha asumido el reto de acompañarlos y de acompañar a toda la Venezuela democrática que no cree en el actual régimen, para encontrar juntos, los tiempos de progreso, libertad, unión, democracia y equilibrio institucional que todos anhelamos.
Lo que hemos visto los venezolanos estos días de duelo por la lamentable desaparición física del Presidente de la República, es la más espantosa sumisión de los demás poderes públicos al Ejecutivo Nacional. No se trata de no expresar el pésame obligante en momentos como éste, se trata de que quienes ocupan importantes cargos en los poderes públicos, guarden la necesaria compostura institucional por ser representantes de unas instituciones que son del Estado y no de una parcialidad política. La actitud del TSJ, de la Presidenta del CNE, de la Fiscal General de la República, de la Defensora del Pueblo, dejan mucho que desear, pues aparecieron en todos los actos luctuosos como militantes y representantes de una ideología política. La actitud el TSJ fue mucho más allá y de nuevo choca con la seriedad e imparcialidad de un Poder Judicial independiente y autónomo. Interpretar y aplicar nuestra Constitución Nacional y las demás leyes de la República, es algo muy serio y hacerlo tal y como fue la intención del constituyentista y del legislador, requiere estudio, reflexión, autonomía de criterio, ponderación y sindéresis. Pareciera que hay una Constitución en el papel y otra en la realidad y esto es muy grave.
La sentencia del pasado 9 de enero de 2013, en la cual la Sala Constitucional habla de continuidad administrativa porque se trata de un presidente reelecto y no importa que no se juramente, es ahora “completada”, con una nueva sentencia en la cual el señalado órgano de justicia permite que el señor Nicolás Maduro, quien cesó en sus funciones el 10 de enero, sea simultáneamente Presidente encargado de la República y candidato presidencial. La verdad sea dicha, el Artículo 229 de nuestra Carta Magna me produjo inicialmente una confusión. En apariencia pareciera que permite que el Vicepresidente se encargue de la Presidencia y sea simultáneamente candidato presidencial, tal y como lo fue el presidente Chávez en 2006 y ahora más recientemente en 2012. Pero tuve, tengo que rectificar, no es así, porque el citado Artículo 229 constitucional prohíbe a los funcionarios allí señalados, entre ellos el Vicepresidente de la República, postularse para cargos de elección popular, mientras ocupen sus respectivos cargos y reemplazar temporalmente al Presidente de la República cuya falta absoluta se ha producido, no implica dejar de ser Vicepresidente, lo continúa siendo y por eso ocupa el cargo de Presidente pero en condición de encargado. Ese Artículo 229 debe concatenarse con el Artículo 233 constitucional que establece que si la falta absoluta del Presidente de la República se produce en los últimos dos años del período constitucional, el Vicepresidente “…..asumirá la Presidencia de la República hasta completar dicho período.” Es decir, si la falta absoluta es en los primeros cuatro años, el Vicepresidente se encarga provisionalmente, si es al final del período constitucional el Vicepresidente sí dejaría de ser vicepresidente y pasaría a ser Presidente de la República, titular pues asumiría el cargo definitivamente.
Hoy Maduro continúa siendo Vicepresidente, encargado de la Presidencia de la República y por tanto a mi juicio la Sala Constitucional de nuevo se equivoca, por la sumisión al Ejecutivo Nacional, y le permite al señor Maduro ser vicepresidente, encargado de la Presidencia y candidato presidencial a la vez, violando el citado Artículo 229 constitucional y de paso el Artículo 233. Esto es una demostración del difícil trance que viviremos los venezolanos no oficialistas este 14 de abril. Pero la lucha debe darse y la constancia nos premiará, más temprano que tarde, con la victoria. Mi apoyo a Capriles.