La primera gran interrogante es: ¿podrá el chavismo sacar más votos que los que logró Chávez en la última presidencial? La segunda gran interrogante: ¿cómo será el comportamiento de los opositores, les mermará las dos derrotas recientes o por el contrario verán el 14-A la oportunidad de anhelada?
Ambas toldas deben definir estrategias para lograr sus objetivos. Maduro tendrá las mismas prerrogativas de Chávez, recursos ilimitados y una férrea campaña mediática a su favor. Capriles tendrá a su conveniencia la difícil situación económica-social encabezada por la creciente inseguridad, la acentuada escasez, la devaluación y su consecuente inflación, realidades estas imposible de ocultar.
Maduro no tendrá propuestas nuevas, serán las mismas que Chávez diseñó, sin embargo creemos que la carencia más notable será el Estado Comunal el cual Maduro no podrá seguir construyendo por significar la disminución y casi desaparición de las Alcaldías y Gobernaciones, los alcaldes y gobernadores rojos no querrán perder sus espacios de poder, el único capaz de lograr semejante inmolación era Chávez, ya que el liderazgo que de él emanaba investía a estos gobernantes, liderazgo que también era capaz de sacarlos de la palestra pública, debían hacer lo que el “comandante” les ordenase, de ese liderazgo también se tiñe Nicolás Maduro, pero sin luz propia, he allí su limitante.
Capriles no tendrá tiempo de caminar nuevamente todo el país, se verá forzado hacer una campaña mediática con las regulaciones legales existentes, mismas que son estériles a Maduro, podrá mezclar actos oficiales con actos de campaña, en consecuencia, Capriles deberá multiplicar la eficiencia en su mensaje electoral. La verdad es que en esta contienda presidencial no son Maduro ni Capriles los protagonistas, lo es una realidad nacional donde una masa poblacional se encuentra atada a ayudas públicas que teme perder y otro segmento poblacional que disiente del gobierno central y su conducción.
Aproximadamente 4 millones de personas no votaron las pasadas elecciones presidenciales, en ellos podría encontrarse la diferencia. Sea como sea, el Chavismo está obligado a mostrarse unido, a utilizar el estandarte Chávez para captar el voto de quienes creyeron en él, saben que el candidato no es Maduro, es Chávez, contra quien “le ha hecho más daño”, Capriles. La oposición debe deshacer viejos líderes, viejos esquemas y aproximarse a las clases humildes con un mensaje de esperanza que sustituya al de la “revolución”.
@leandrotango
