La administración de Nicolás Maduro y representantes de varias agencias humanitarias de la ONU se reunieron el viernes para coordinar esfuerzos con el fin de ayudar a las decenas de miles de afectados por las inundaciones y deslaves que dejaron al menos 50 fallecidos en Las Tejerías, estado Aragua.
Se acordó con las autoridades la entrega inmediata de los suministros con que cuenta la organización en el país, informó Abubacar Sultan, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, en Venezuela.
Sultan se mostró conmovido por la “dimensión de la catástrofe” ocurrida el 8 de octubre en Las Tejerías de Santos Michelena, un municipio agroindustrial de la entidad aragüeña, donde aún siguen desaparecidas 56 personas, de acuerdo con las autoridades.
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El funcionario de la ONU ofreció estas declaraciones tras realizar un recorrido por las zonas afectadas en compañía de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la administración de Nicolás Maduro, quien agradeció la presencia y el apoyo del organismo internacional.
«Todo va a estar muy organizado para que todos estos mecanismos que se han establecido para la recuperación de Las Tejerías se vean reforzados con la cooperación de las Naciones Unidos», manifestó Rodríguez.
Protección Civil, por su parte, tiene un registro de 400 viviendas “completamente destruidas” y cerca de 800 con daños moderados a graves. También se vieron afectadas dos escuelas primarias, un liceo y cerca de dos decenas de empresas.
Mientras tanto, la búsqueda de las víctimas continúa seis días después de la tragedia. Las autoridades y pobladores temen que el número de fallecidos siga aumentando en momentos que cuadrillas de obreros y maquinaria pesada retiran los escombros y despejan los caminos de la localidad. Varios cadáveres han sido localizados en días recientes en los cauces de los ríos y quebradas que se extienden varios kilómetros montañas abajo.
Los residentes de Las Tejerías apenas tuvieron unos segundos para ponerse a salvo cuando grandes cantidades de agua, lodo, escombros, piedras y árboles cayeron sobre ellos por las laderas de la montaña del municipio de 54.000 habitantes.