En Lara y más en concreto en el municipio Iribarren vivimos un contexto social y político en el que la práctica de realizar presupuestos participativos se ha convertido en algo frecuente durante los últimos ocho años. En el mes de noviembre el gobernador Henri Falcón convocó a las parroquias de Lara a asambleas para incorporar sus necesidades prioritarias al presupuesto de inversión 2013.
A finales de enero la Alcaldía de Iribarren convocó a las asambleas parroquiales para seleccionar las prioridades por comunidad.
Ante este contexto nos preguntamos ¿qué papel se les está dando a la implementación de presupuestos participativos en la dinámica social y política del estado Lara y en especial de Iribarren? El presupuesto participativo como metodología de planificación se inicia en Brasil. Porto Alegre, la ciudad sureña es la cuna de esta práctica de planificación, siendo los alcaldes del PT (partido de los trabajadores brasileños) quienes lo incorporan al inicio de la década de los años 90. Tuve la suerte de asistir en representación de la ONG Concentroccidente–Cesap en 1997 a un encuentro–taller a Porto Alegre para conocer directamente esta interesante experiencia.
La realización del presupuesto participativo en Porto Alegre se basaba en una metodología social rigurosa incorporada a la planificación de la alcaldía. De un proceso de priorización de necesidades por parroquia en conjunto y en interacción continua de delegados de parroquias con personal técnico de la alcaldía surgía el plan de inversión para todo el Municipio, el presupuesto de inversión. A la vez el plan de inversión se estructuraba con los planes plurianuales del municipio. Era un verdadero ejercicio de planificación con participación de las comunidades a través de los delegados de parroquias en interacción con los actores municipales sociales y políticos. Todo esto orientado al desarrollo de las parroquias y del Municipio.
Esta experiencia la replicamos desde Concentroccidente–Cesap en la Alcaldía del Municipio Morán (El Tocuyo ) siendo alcalde Radamés Graterol en 1998, respetando las líneas metodológicas fundamentales, logrando presentar en cámara en diciembre de 1998 el presupuesto de inversión para 1999, que fue aprobado. Igualmente sucedió en la elaboración del presupuesto participativo durante 1999 para el año 2000. El proceso de elaboración duraba entre cuatro y seis meses e iba desde la participación de comunidades que presentaban sus prioridades y que luego pasaban a las asambleas parroquiales para llegar a la asamblea municipal, que presentaba el plan de inversión.
La Constitución de la República de Venezuela de 1999 amplía y explicita los derechos de la ciudadanía a participar en la gestión pública. Es en este contexto que el Alcalde Henri Falcón incorpora el presupuesto participativo, continuado por la alcaldesa Amalia Sáez. Pero el presupuesto participativo que se realiza en la alcaldía carece de rigurosidad metodológica y de direccionalidad hacia el desarrollo local. Se queda simplemente en las comunidades aisladas, separadas, es más fracciona una comunidad en cuantos consejos o parcelas hay en ella. Estos consejos comunales presentan sus necesidades, distintas casi siempre a la de los otros consejos comunales vecinos. En este proceso no se da planificación ni siquiera para una comunidad. No existe ninguna intención de elaborar un plan de inversión para la comunidad, parroquia o municipio.
El presupuesto participativo se reduce a pequeñas solicitudes a las que la alcaldía da respuesta con pequeñas ayudas que no tienen casi impacto en el desarrollo de la comunidad, de lo que deducimos que se abusa del término participativo con que se publicitan estos procesos de asignación de presupuestos, pero en realidad carecen de las características principales que dan poder a los ciudadanos para aportar e influir en el desarrollo de su comunidad y de su parroquia.