Trabajo de: www.eltiempo.com
Las movilizaciones de este lunes 26 de septiembre en contra de las políticas del presidente Gustavo Petro superaron las expectativas. En las primeras horas del día, sectores que defienden las políticas públicas de la primera administración de izquierda ironizaban por la convocatoria que consideraban sería lánguida.
Entre las razones que manifestaban estaban varios hechos: es un gobierno que hasta ahora está arrancando, es lunes laboral y muchos consideraban que los focos del país iban a estar puestos en la frontera con Venezuela por su reapertura oficial.
Incluso, llamó la atención que reconocidas voces contrarias a Petro pidieron darle un margen de espera.
«No voy a la marcha contra Petro. Es prematuro y minimizará la marcha que ya sucedió el día de las elecciones cuando 10 millones votamos contra él. Los anuncios del gobierno son escandalosos, no obstante, hasta Petro merece un compás de espera razonable», dijo Sergio Araújo Castro, quien durante la campaña había dicho que despediría a los empleados que votaran por Petro.
En este escenario, sin embargo, cientos de colombianos fueron saliendo a la calle.
En las imágenes vistas por los medios de comunicación y las redes sociales se apreciaba que buena parte del protagonismo en las calles era de personas mayores. Muy contrario, a lo que ocurrió durante el estallido social que eran jóvenes. Eso muestra la enorme dificultad para buscar consenso político entre las dos generaciones.
«A pesar de que el momento político es inoportuno y que el Gobierno Petro se está asentando, las marchas de la oposición superaron las expectativas», dijo el analista Andrés Segura.
«Por supuesto, están muy lejos de alcanzar los niveles de participación que tuvieron las primeras manifestaciones de 2019 o 2021, pero teniendo en cuenta que aún no hay un catalizador claro que impulse a la gente a salir, el número muestra unos principios de organización social que necesitan ser tenidos en cuenta por el Gobierno. No pueden caer en la trampa de subestimar el malestar que hay en algunos sectores», aseguró el experto en comunicación política.
Para Jairo Libreros, docente de la Universidad Externado de Colombia, «la movilización social es un indicador sobre el buen funcionamiento de una democracia liberal, y si esta ocurre sin la represión policial que se registró en el gobierno de Iván Duque el logro democrático es más importante».
Pierre Onzaga, uno de los voceros de esta marcha y quien lideró la marcha contra las Farc en el 2008, explicó por qué, en su concepto, la gente debería salir.
«Varios ciudadanos nos sentamos a analizar todas las propuestas de Gustavo Petro de reformas: la reforma tributaria, la del Código Electoral, más otras reformas que ha venido haciendo y planteando en el Congreso como la paz total y la reforma pensional», dijo.
«Encontramos que hay una intención más de desinstitucionalizar el país, de cortar de alguna manera la libertad, que realmente de apostarle al desarrollo de Colombia. No hay una intención de generar empleo, no hay un plan de desarrollo detrás de la reforma tributaria», aseguró.
Estos conceptos parecen haber sido recogidos por los manifestantes, según se aprecia en los carteles que llevaban varios manifestantes.
Aunque los analistas coinciden en afirmar que es difícil hacer un balance de un gobierno en tan poco tiempo, menos de 50 días, también dicen que en el propio Ejecutivo hay síntomas de preocupación de la gestión.
Eso explica la cumbre de ministros y jefes de comunicación de las distintas dependencias para este jueves y que busca enviar un solo mensaje a la ciudadanía.
Libreros dice que el Gobierno Nacional tiene tiempo de rectificar. Valora lo que ha hecho, pero anota que inquieta que tanto mensaje esté creando confusión, un elemento que no ayuda en la ejecución de las políticas públicas y sí contribuye a minar la confianza en las instituciones.
«Infortunadamente, la confusión parece ser el problema de la actualidad en el país. Al haberse abierto tantos espacios de discusión –la tributación, la paz total, la distribución de la tierra, el petróleo, las pensiones, la salud, el mercado laboral, etc.–, en forma simultánea y desordenada, ha aumentado la incertidumbre y se corre el riesgo de perder la confianza en las instituciones», escribió en las páginas editoriales de este diario Carlos Caballero Argáez, Magíster en Ciencias de la Universidad de California en Berkeley y Magíster en Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton.
«Es tan desolador ver lo que está pasando. Estuve mirando los números de las encuestas de opinión empresarial que recoge Fedesarrollo y ya se empieza a ver un desánimo muy grande en los empresarios y una declinación del clima de inversión. Y, pues claro, la economía se está empezando a desacelerar en forma muy rápida», dijo, por su parte, en entrevista con la periodista María Isabel Rueda, también en EL TIEMPO, el exministro de Comercio Exterior y dirigente gremial, Jorge Humberto Botero.
«El mensaje es claro, a nadie le gustó el pie izquierdo con el que empezó el gobierno. Este es el verdadero termómetro ciudadano. Las calles hablan», aseguró, por su parte, la senadora María Fernanda Cabal, quien en sus redes sociales mostró videos de las movilizaciones en varias ciudades del país.
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