¿Cuándo usted selecciona chorizos o chistorras de La Montserratina en el supermercado por qué lo hace?
Manuel Hurtado, consumidor de la marca, dice que es por la fidelidad al sabor y a la calidad. “Hay una combinación que me encanta entre el picante, los aliños y la carne de cerdo. Siempre están en su punto”, comenta al terminar su compra en un establecimiento de Caracas.
Pero ¿usted se ha puesto a pensar quién o quiénes hicieron posible que ese embutido de La Montserratina llegara a su boca? ¿Se imagina el proceso que ocurre antes de llegar a la tienda? ¿Cuánto tiempo tardaron en elaborarlo?
El desarrollo de nuevos productos o la reformulación de los ya existentes en el portafolio de los Artesanos del Sabor, implica una compleja interacción de factores, hasta que se consigue la receta ideal que conquista el paladar de los consumidores.
De la mezcla perfecta de ingredientes, así como de velar por la alta calidad que caracteriza a La Montserratina, se encarga el Gerente de Planta, Wilfredo Flores, tecnólogo en alimentos y el principal encargado del portafolio de esta industria venezolana, que este año celebrará sus 73 años en el mercado.
Garantes de la calidad
Flores explica que en La Montserratina todos los productos tienen un alto contenido de proteína -en la mayoría de estos se trata de carne de cerdo magra-, y pasan por normas estrictas en su fabricación.
“Cuidamos la inocuidad en todos nuestros productos. Nos aseguramos de que tengan la cadena de conservación exacta, que los empacados sean adecuados y que se haga la evaluación de calidad antes de salir a la comercialización”, apunta.
De igual forma, destaca que, junto con su equipo en planta, realizan pruebas de cada receta durante varios meses, para poder llegar al punto exacto que buscan tanto en el sabor como en la consistencia, antes de lanzarse al mercado.
Por ejemplo, para asegurarse de que el consumidor recibirá un producto versátil para preparaciones diversas, hacen pruebas al carbón, al sartén, en fuego de cocina y microondas, para evaluar la respuesta a los diferentes tipos de cocción, “y si el producto falla en alguna de las pruebas, lo reformulamos hasta dar con el punto ideal”.
A la conquista de paladares
En cuanto al sabor, el gerente de Planta de La Montserratina indica que se hacen decenas de pruebas, así como degustaciones y evaluaciones hasta que logran el equilibrio deseado. “Nuestra mayor satisfacción llega cuando superamos la prueba determinante del éxito: la conquista del exquisito paladar de los consumidores venezolanos”.
Flores lleva 30 años haciendo fórmulas para productos alimenticios, la última década lo ha hecho en La Montserratina. Es el padre del choriqueso, del chorizo italiano, los chorizones, de la morcilla caruparena y la picante, del chorizo carupanero, y de los untables de chorizo ahumado y morcilla, estos últimos recientemente lanzados al mercado.
También es el “padrastro” de otras creaciones en las que, aunque se conservan sus recetas, ha hecho algunas reformulaciones. “Hay productos de tradición que estaban cuando llegué a La Montserratina, como las chistorras, las salchichas blancas, algunas morcillas, los madurados de origen catalán, como el chorizo español. Lo que hacemos es tratar de mantener las fórmulas originales, pero enriquecerlas con nuevos gustos del consumidor”.
Destaca que, por ejemplo, el Chorizón -uno de los embutidos que forman parte del portafolio de las especialidades de La Montserratina- se creó por una demanda del mercado; mientras que a la morcilla se le agregaron nuevos sabores, para impulsar su consumo diario como un alimento con alto contenido de proteínas y hierro.
Con la morcilla picante, Flores cuenta que balanceó los ajíes naturales con el pimentón: “Muchos usan aditivos químicos, pero a nosotros nos gustan ingredientes naturales, pues la idea es que sepan bien y que no quemen la boca. En el caso de la morcilla carupanera, logramos un delicioso balance entre el dulzor y el picante”.
Como en La Montserratina hay productos para todas las edades, con el choriqueso – que tiene jalapeños entre sus ingredientes- asegura que buscaron obtener un punto interesante de picor, que pudiera gustar también a los niños.
En cuanto a los untables, cuenta que tardaron casi casi nueve meses en dar con la consistencia ideal. “Fue como el parto de un bebé. Nos decían que estaban muy suaves al untar, hasta que logramos llevarlos a su punto, y pudimos lanzarlos a la venta”. Flores recordó que, para conocer el amplio e innovador portafolio de La Montserratina, así como deliciosas recetas e ideas para consumir los productos en todas las ocasiones especiales, puede seguir en Instagram la cuenta @lamontserratina y entrar en la pagina www.montserratina.com.