El Impulso, TalCual, junto a los diarios Correo del Caroní, El Tiempo, La Mañana, La Nación y Yaracuy al Día entrevistaron a prestadores de servicios turísticos, miembros de cámaras de turismo regionales y gremios para mostrar cómo se encuentra actualmente el sector en Venezuela, cuál son las proyecciones, cuál es la oferta del país y qué han hecho los dueños de posadas y hoteles para mantener arriba las santamarías.
«El turismo es el arma secreta para potenciar las bondades de Venezuela», aseguró el mandatario Nicolás Maduro el pasado agosto en Falcón. Desde hace varios meses el funcionario ha venido insistiendo en la idea de apostar a este sector, como opción para reactivar la economía del país y «sustituir totalmente el modelo rentista petrolero».
El potencial de este terruño para el turismo es indiscutible, el contraste de sus paisajes, selva, playa y montaña; en un mismo lugar y a pocas horas de distancia es uno de sus grandes atractivos. Sin embargo, nunca ha sido prioridad, a pesar de varios intentos; y posiblemente ahora sea más cuesta arriba: servicios públicos eficientes, medios de comunicación y créditos son indispensables para la apuesta.
Aun así, recientemente se han dado acercamientos entre el Ejecutivo y los gremios; el turismo, tras la crisis de la hiperinflación y de la pandemia de la covid-19, ha mostrado cifras en alta; y microempresarios han reabierto las puertas de hoteles y posadas.
El Impulso, TalCual, junto a los diarios Correo del Caroní, El Tiempo, La Mañana, La Nación y Yaracuy al Día entrevistaron a prestadores de servicios turísticos, miembros de cámaras de turismo regionales y gremios para mostrar cómo se encuentra actualmente el sector en Venezuela, cuál son las proyecciones, cuál es la oferta del país y qué han hecho los dueños de posadas y hoteles para mantener arriba las santamarías.
«Trabajar con todos los sectores»
Trabajar con todos los sectores es fundamental para el desarrollo del turismo, señala Antonio Morales, presidente de la Cámara de Turismo y Cultura del estado Lara. «Hay muchas formas de desarrollar el turismo, pero no puede ser un trabajo de un solo organismo, sino que debe ser una labor conjunta», apunta, al mismo tiempo que aclara que actualmente «existe una estrategia nacional de fortalecimiento del turismo».
2022: resurge el sector, pero lento
Leudo González, presidente del Consejo Superior de Turismo de Venezuela (Conseturismo), coincide en que son necesarios todos los sectores y aplaude que finalmente se estén dando las conversaciones y trabajos entre públicos y privados.
«Después de muchos años hemos sido llamados a una coordinación y articulación de esfuerzos, entre lo que pretende hacer el Gobierno, desde el punto de vista de un plan estratégico de turismo, y la participación del sector privado; como el ejecutor de ese plan. Hemos visto cómo en todo el país se han venido conformando órganos superiores de turismo, que son instancias de articulación entre los entes públicos y el sector privado, representado por las cámaras de turismo regional», explica.
Gonzáles afirma que, aunque los avances en esta materia han sido incipientes –recuerda el decrecimiento del turismo, entre 2010 al 2020, por factores varios: clima político del país, la hiperinflación y la pandemia–, «sí ha habido un resurgimiento, un reinicio, una nueva expectativa positiva de que las cosas están en el camino correcto. Que el Ejecutivo esté tomando en cuenta el sector turismo para el modelo económico que quiere desarrollar de ahora en adelante, es música para nuestros oídos».
Venezuela: selva, playa y montaña
Infraestructura, servicios públicos eficientes, medios de comunicación, facilidades de financiamiento y salarios competitivos son algunos de los factores que influyen en el desarrollo del turismo. En la Venezuela actual estos factores aplican a medias, aun así, muchos prestadores de servicios han buscado sortear las condiciones que hoy presenta el país, diversificado su oferta y así mantener abiertas sus puertas y aportar al desarrollo de sus comunidades.
En Anzoátegui, «la puerta turística del oriente de país», donde se encuentra el Parque Nacional Mochima, y próxima sede de la Feria Internacional de Turismo de Venezuela (Fitven); dueños de posadas, como la señora Hermelinda Rodríguez, han tenido que apelar a sus ahorros para poder mantener a flote el recinto.
En Bolívar la minería reemplazó al turismo
Con el quiebre de la industria petrolera y siderúrgica, el Gobierno comenzó a promover –en 2016- la minería de oro, diamante y coltán como salvavidas económico que con la creación del Arco Minero del Orinoco (AMO), hizo diseminar la minería ilegal por toda la Amazonía venezolana provocando la deforestación, contaminación de suelos y ríos, muerte de especies únicas, invasión de territorios indígenas por parte de grupos armados irregulares y la destrucción de áreas naturales protegidas como el Parque Nacional Canaima, y el Parque Nacional Caura, al sur del país.
60% de los indígenas que trabajaban como operadores turísticos en el sur de Venezuela, también acudieron a la minería ante la paralización del sector, que llegó al mínimo de actividad durante la pandemia por COVID-19. Ahora es cuando comienza a reactivarse.
«Nosotros pretendemos promover la actividad turística, comenzando con la promoción del potencial de nuestros 11 municipios», expresó Gilbert Almarza, presidente de la Cámara de Turismo del estado Bolívar.
«Esto va desde conocer su historia, atractivos, cultura y gastronomía. Buscamos motivar a los emprendedores para que vuelvan a hacer visitas guiadas», explicó.
En medio del difícil contexto del sector, Almarza considera que es posible una recuperación progresiva solo si se abre un espacio para que, entre el sector público y privado, consoliden estrategias orientadas a la protección de los espacios, y a la inversión en nuevas actividades turísticas aprovechando los diversos espacios naturales que tiene el país.
En Caroní, municipio más poblado de Bolívar, hay al menos ocho construcciones y espacios naturales abandonados por el Estado: las Ruinas de las Misiones del Caroní, el Malecón de San Félix, el Parque La Fundación, Casco Histórico de Ciudad Bolívar, Castillos de Guayana, Parque Nacional Caura (en mano de grupos armados), Ecomuseo y petroglifos de Caicara del Orinoco.
«Las propuestas están sobre la mesa, solo falta la voluntad política, y el empuje del sector para hacerlas posible», concluyó el presidente de la Cámara de Turismo del Estado Bolívar.
Adícora Fest y el reimpulso en Falcón
La Península de Paraguaná, municipio Falcón del estado homónimo, cuenta con atractivos naturales, históricos y arquitectónicos. Allí el turismo, durante gestiones de alcaldes oficialistas, no fue relevante. Con la llegada de un gerente municipal de oposición y la acción de los gobiernos nacional y regional, han llegado a un punto de encuentro para darle un nuevo empuje a la actividad, que comenzó con la transformación de la comunidad costera de Adícora, donde las tres instancias de gobierno realizaron una importante inversión que culminó con el desarrollo del festival playero Adícora Fest, que atrajo a cerca de 25 mil personas de todo el país, según cifras oficiales.
Posaderos de la zona señalan que ven una luz al final del túnel: desde antes de la pandemia estuvieron muchos años sin recibir clientes y manteniendo sus negocios con ingresos personales y familiares, como le pasó a Obdulys Rangel, propietaria de la posada Villa Mar, en Adícora; un alojamiento que inició de cero y que gracias al esfuerzo propio ha logrado mantenerse, a pesar de las adversidades y la gran crisis económica y social que se ha vivido en Venezuela, entre los años 2017 y 2020.
De este emprendimiento dependen directamente tres familias de la zona.
El municipio Falcón, luego de poseer el más grande inventario de posadas en toda la Península de Paraguaná, en la actualidad son 26 las posadas activas; establecimientos que han tomado un nuevo aire. No así en Pueblo Nuevo, y otras comunidades, donde decenas de posadas cerraron sus puertas debido a la debacle económica; y que esperan poder reabrir al público con la inversión mixta ofrecida por el gobierno nacional.
Para no cerrar, en Táchira se reinventaron
Táchira, región andina, y una de las entidades del país más golpeada por la crisis de los servicios públicos; no ha dejado de recibir visitantes: unos de paso, otros por trabajo y unos cuantos por turismo. Para cubrir la demanda, los prestadores de servicio locales han tenido.
que reinventarse, como es el caso de la familia Duque, propietaria de El Sol Posada, de San Cristóbal.
«Hace tres años estuvimos a punto de cerrar», confiesa Fernando Duque, pero apostaron a una «reingeniería» del espacio –adquirir plantas eléctricas, tanques de agua e internet de Colombia– y a las redes sociales y plataformas de alojamiento internacional, como Booking y Airbnb, que les han permitido la llegada de huéspedes en los últimos meses.
El Sol Posada está ubicada en la parte alta de la ciudad de San Cristóbal, y genera al menos 10 empleos directos.
Yaracuy y el turismo gastronómico
Yaracuy no aparece en los destinos turísticos por excelencia del país, sin embargo, la gran variedad de emprendimientos gastronómicos que han surgido en la región, durante los últimos siete años, ha hecho que la entidad destaque entre las opciones de ocio, recreación y esparcimiento.
A pesar del poco apoyo estatal, pero con «mucha creatividad» se ha desarrollado la Ruta Turística Gastronómica Yaracuy. Wilmer Rodríguez, presidente de esta asociación explica cómo han salido adelante; mientras que Adamar Hasen, miembro de la organización, señala que es necesario más participación del sector público y mayor promoción; para que Yaracuy se ubique, al igual que Táchira, Nueva Esparta y Bolívar, entre los destinos a visitar en el país.
¿Qué falta en Venezuela?
Actualmente, el país está entre los últimos destinos visitados en la región, según cifras de hace 4 años. «En 2018 ingresaron al país 185.000 turistas. Estamos casi de últimos en la región, solo por delante de Haití», explica González; también señala que hoy es difícil saber de dónde vienen, estiman que la mayoría de turista son venezolanos en la diáspora que aprovechan de vacacionar cuando vienen a ver a la familia.
Entre los planteamientos que ha hecho Conseturismo al Ejecutivo, para darle un mayor empuje al sector, es la eliminación de visados para entrar como turista al país; y facilidades de financiamiento para el sector hotelero y de transporte, aéreo y terrestre, que les permita recuperar sus instalaciones y flotas. También actualizar los pénsums de estudios en las universidades e institutos que forman a los profesionales del sector.
“Desde el punto de vista académico estamos bastante desactualizados y rezagados en cuanto a lo que el turismo ha venido desarrollándose en el mundo”, indica.
Venezuela cuenta con una oferta de alojamiento e infraestructura hotelera amplia –a pesar de las expropiaciones de Venetur, muchas ahora dadas en concesión a cadenas hoteleras– y con una diversidad de paisajes y parques naturales, que podrían convertirla en una potencia turística; sin embargo, son muchos los pasos que dar, las cargas que enderezar y los correctivos que tomar para que el sector pueda ser una opción de aporte al Producto Interno Bruto del país.