Lo que estamos viendo en el culto a Chávez es la conexión emocional con un líder carismático
El movimiento chavista ha estado basado permanentemente con el culto a la personalidad
El chavismo no es un movimiento político ideológico, programático, compuesto por grupos diversos
El endoso que el presidente Chávez entregó a Nicolás Maduro fue tan grande que las distintas fuerzas chavistas se van a unificar alrededor de él
Al calor del duelo nacional activado tras la muerte de Hugo Rafael Chávez Frías, la máxima autoridad de Datanálisis, una de las casas de encuestas más renombradas del país, Luis Vicente León, opina que la masiva concurrencia de personas para ver el féretro del presidente en la Academia Militar demuestra que el chavismo es una fuerza mayoritaria.
No escatima palabras para describir las razones que avalan tal afirmación.
“El chavismo viene de ganar las elecciones presidenciales en octubre y las regionales en diciembre. El presidente Chávez incluso había subido su nivel de popularidad después de la elección presidencial, que es una simbología muy importante para este gobierno, la cual cuenta con todos los recursos. No hay ninguna duda, además, de que el presidente Chávez fue un líder carismático de altas conexiones con las masas.
Estamos viendo esa conexión emocional en un momento crítico, que es la muerte: ésta sensibiliza aún más la relación y amplifica el deseo de la población de manifestar una despedida. Estamos en presencia de un fenómeno social muy relevante que está en su máxima expresión ante la defunción y despedida del líder.
-¿En esta manifestación hay culto a la personalidad?
-Es que el movimiento chavista ha estado basado permanentemente en el culto a la personalidad; es decir, ese no es un movimiento político ideológico, programático, sino básicamente una gran conexión emocional con un líder absolutamente sobresaliente, de una gran capacidad histriónica y que, además, había contado con 14 años de gobierno, de recursos, de reparto de la renta petrolera y de un discurso muy llano que se mete y toca el corazón de la población más pobre, pero con un gran culto a la personalidad que ahora llega a su punto más álgido. Para el chavismo la simbología de Chávez es fundamental. Es el oxígeno para el futuro de ese movimiento.
-¿Cómo define el chavismo si este movimiento está compuesto por diferentes sectores de la sociedad y hasta existen grupos armados y violentos?
-Igual que los movimientos grandes, es heterogéneo. No hay un solo chavismo. Hay diferentes fuerzas: grupos pragmáticos, ideológicos, radicales, moderados, comunistas, socialistas y capitalistas. Todo eso está mezclado en un movimiento tan grande que, lógicamente, genera ciertas presiones y luchas por el poder. Evidentemente, ahora, ante la ausencia del catalizador principal, se van a producir algunas fricciones y tendremos que ver cómo éstas serán tratadas por su líder, que en este caso es Nicolás Maduro.
-¿Cuándo podrían desatarse esas fricciones?
-A corto plazo, me refiero a hoy y los próximos treinta días de la campaña electoral, las fricciones no serán tan relevantes porque el endoso que el presidente Chávez entregó a Nicolás Maduro fue tan evidente, tan grande, que las distintas fuerzas del chavismo se van a unificar alrededor de él, por lo menos en esta primera etapa.
Será más difícil para Maduro Presidente que para Maduro candidato sostener la unidad del chavismo.
-¿Por qué cree usted que, en su momento, Chávez prefirió a su propio hermano, Adán, de quien dice fue quien le inculcó las ideas socialistas; a Diosdado Cabello o a otros exponentes del chavismo?
-Supongo que el presidente Chávez premió la gran lealtad de Maduro, quien fue su acompañante en los últimos años. Creo también -y ese es un detalle muy importante- que Maduro tiene conocimiento de las relaciones internacionales que le han permitido mantener vínculos con las comunidades internacionales, a las que Chávez consideró muy importantes en el tiempo. Tiene también la bendición de grupos chavistas, de grupos muy afines a los cubanos y de otros factores.Además, es posible que haya sentido más empatía con Maduro que otras figuras chavistas. En relación con su hermano, nunca tuvo una posición de poder relevante o quizá Chávez no pensó que tuviera esas condiciones. Y Diosdado no fue muy cercano a él. Sufrió el castigo por haber tenido una derrota en Miranda.
-¿No llama la atención que entre las figuras militaristas haya sido escogido Maduro siendo civil?
-Lo importante es que el militarismo no es ser militar, sino respetar y darle poder al sector militar. Y eso lo puede hacer tanto un militar como un civil.
Este ministro estaría destituido
Las declaraciones del ministro de la Defensa, cuando estaba en capilla ardiente del presidente Chávez, exhortando a votar por Maduro, ¿significan un gran peso dentro de las fuerzas armadas?
-Supongo que tienen gran significado. El ministro de la Defensa tiene un control y un poder importante. No creo que se atreva, sin tener cierto respaldo en las fuerzas armadas, a formular una declaración tan abierta de apoyo político a una parcialidad, que por cierto constituye una violación flagrante a la Constitución venezolana. Además, se trata de una declaración completamente inapropiada cuando vamos hacia un proceso democrático. Eso, en un país democrático convencional, hubiera sido una justificación clara para la destitución del general. Pero, en el caso venezolano de hoy día, se ve como un premio a la lealtad de la revolución y creo que eso es lo que estaba buscando.
-Suponiendo que Maduro resultara electo, ¿cómo ve los problemas a los cuales deberá enfrentarse?
-Sobre todo el tema económico va a ser realmente crítico. En los últimos meses, durante la ausencia del presidente Chávez, la situación económica se ha deteriorado dramáticamente. Aun cuando se exterioriza la sensibilidad de la muerte y los discursos simbólicos le van a ser muy útil desde el punto de vista electoral, posiblemente la crisis económica no se vea en la campaña presidencial y a lo mejor se pueda maquillar; pero, no se pueden maquillar permanentemente los impactos de un modelo económico, evidentemente primitivo, que está trayendo como consecuencia una desinversión significativa en la producción e improductividad en Venezuela.
-Se produjo la devaluación de la moneda en el momento más crítico de la enfermedad de Chávez. ¿Cree que por eso no se generó una reacción fuerte en el país?
-La devaluación tuvo una reacción negativa y una baja de popularidad. La hemos medido. Sin embargo, el impacto de la devaluación todavía no se ha visto completamente.
-¿Cuál sería ese impacto?
-O es inflación o es desabastecimiento. Pero, se necesita cierto tiempo para que la población lo perciba. Al introducirse este elemento de las elecciones deja de lado, por ahora, el impacto político.
-¿Qué indica la medición que se hizo en torno a la devaluación?
-Hay un impacto negativo. Claro está, el gobierno sigue siendo muy popular y tiene un capital político muy elevado. Pero, el acoso no proviene de la devaluación solamente, sino por los problemas de desabastecimiento que está viviendo el país.
-Como Maduro es distinto a Chávez, ¿no cree que serán fuertes las reacciones contra el gobierno?
-Hay que esperar. Uno no puede hacer análisis con el Maduro de antes. El Maduro de ahora va a ser distinto. Y también la aureola de la muerte cambia la relación entre el líder y la masa. No me precipitaría. Obviamente, Maduro no es Chávez. Le será más difícil sortear la crisis. Tiene que construir una conexión popular mucho más fuerte y sólida, que él no tiene. Ese es su reto. Sin embargo, yo no quiero subestimar la capacidad que pueda tener de desarrollarlo. Eso lo vamos a ver en ejecución. Tenemos que esperar.
-El lenguaje de Maduro se ha hecho más violento y agresivo después de la enfermedad del Presidente, según los politólogos. ¿Cómo lo ve usted?
-Hemos visto un proceso de radicalización, pero con el vacío de Chávez, el riesgo de que los enemigos -internos y externos- tomen ventaja son elevados. Creo que Maduro actúa como el típico sustituto que se radicaliza para enviar el mensaje de estar dispuesto a destruir a cualquiera que intente algo contra él. Esa es una estrategia de atemorizar al adversario. Ese es el Maduro que vemos en este momento.
Perfil:
Luis Vicente León, economista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas (1985). Hizo una maestría en Ingeniería Empresarial en la Universidad Simón Bolívar (1996) y es diplomado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Escuela de Organización Industrial de Madrid y de la Universidad Nacional de Taiwán.
Es profesor de la cátedra de Economía Industrial en la Escuela de Economía de la UCAB y de Investigación de Mercados del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA), y fue profesor de Organización Industrial en la Universidad Metropolitana.
Como socio director de Datanálisis, está especializado en las áreas de prospectiva económica, política y social, así como en investigación de mercados y análisis sectorial.
Es director de la Cámara de Industriales de Caracas, miembro del consejo consultivo de Teleflores, director de la Asociación Venezolana de Ejecutivo y articulista de El Universal.
Es autor de varias obras, entre las cuales cabe mencionar Reconversión Industrial, El costo del dinero, Política Industrial vs. Política Comercial, un enfoque integrado, Desarrollo de los Gremios Empresariales en América Latina y Costos Sociales
del Desarrollo.
Fotos: Archivo
Ilustración: Dalver Santeliz