Tras la muerte del presidente Hugo Chávez y a puertas de nuevas elecciones presidenciales, quedan postergadas importantes medidas de ajuste en la economía de Venezuela, afectada por la escasez y la mayor inflación de la región, señalaron analistas.
«Aquí no hay medidas económicas hasta que se definan las elecciones», dijo a la AFP el economista José Guerra, ex gerente del Banco Central de Venezuela.
El Consejo Nacional Electoral definirá este sábado la fecha de los comicios, luego de que Nicolás Maduro, que juró el viernes como presidente encargado tras los funerales de Estado de Chávez, los convocara inmediatamente.
Presionado por un déficit fiscal de 16% del Producto Interno Bruto y una deuda pública por encima de los 150.000 millones de dólares (cerca de 50% del PIB), según cifras de la consultora Ecoanalítica, en febrero el gobierno devaluó la moneda oficial, el bolívar, cuyo valor pasó de 4,3 a 6,3 por cada dólar.
La medida permitió al Ejecutivo ahorrar 13.600 millones de dólares de la deuda interna del gobierno central.
Pero quedarán postergadas sin duda otros ajustes que evaluaban el ejecutivo y legisladores oficialistas, principalmente un aumento de los impuestos, y incluso un eventual aumento del precio de la gasolina, la más barata del mundo (un litro cuesta un centavo de dólar).
Pero ni la reforma tributaria, que requiere leyes, ni ninguna otra se discutieron en la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, señaló la diputada opositora Vestalia de Araujo.
«Ahora menos lo van a hacer porque estamos en proceso electoral, lo van a pasar hasta más adelante», dijo a la AFP.
El presidente de esa comisión, el parlamentario oficialista, Ricardo Sanguino, dijo a periodistas el viernes que «no está todavía decidido» qué medidas se tomarán, acotando que aunque elevarán al ejecutivo sus propuestas, «el tiempo es muy corto» para que se implementen ajustes antes de las elecciones.
El clima electoral que sucede a la muerte de Chávez postergará pues esas medidas impopulares, pero podrían favorecer otras que impulsen el consumo, una política que Chávez (1999-2013) empleó antes de casi todas las batallas que libró en las urnas.
Así, aumentos salariales o el pago de deudas «para que circulen más bolívares» estarían sobre la mesa del gobierno, según los expertos.
Guerra afirmó que el ejecutivo solo estará interesado en medidas que estimulen el gasto «financiadas con la deuda y los ingresos que recibió por la devaluación».
«Son medidas preelectorales para generar ilusión de bienestar, pero las medidas de ajustes son las que vendrían después», dijo a la AFP el economista Angel García, director de la firma Econométrica.
«Lo que sí es cierto es que aumentos de impuestos y recortes de gasto, todo eso va a ser postergado. El aumento de la gasolina sería postergado», afirmó.
Los expertos señalan que las elecciones tendrán lugar antes de que la población sienta los efectos de la devaluación en los precios.
Pero la escasez de bienes se ha acentuado – los índices de enero y febrero que mide el Banco Central (BCV) en Caracas son los más altos en cuatro años -, como consecuencia de la década de controles de precios y de cambio, que provocan retrasos en la importación de materias primas y dificultan que las industrias sean rentables, apuntan.
«Venezuela es una economía de puertos (importadora), sobre todo de alimentos», señaló Guerra.
Para aliviar ese problema, el gobierno estaría diseñando un sistema de asignación de dólares a una tasa superior a 6,3.
No obstante, tanto los analistas como las firmas internacionales HSBC o Deutsche Bank coinciden en que ese mecanismo requiere tiempo y también será retrasado hasta después de las elecciones.
Controles y gasto, legado de Chávez