“Ni el alcalde de Iribarren, ni la contralora Rosa Colmenares, ni los concejales pueden seguir de espaldas a la población de este municipio, ya que están obligados por ley a rendir cuentas», declaró a este medio el ingeniero Rubén Morales, presidente del Frente Anticorrupción.
Morales adiciona que, ahora que Barquisimeto se apresta a cumplir 470 años, esos funcionarios deben entender que están obligados a trabajar por el municipio con honestidad, eficiencia y responsabilidad.
“La cámara municipal tiene que examinar todos los proyectos que se hagan para realizar obras y servicios. No están en esa posición para complacer todo lo que quiera hacer el alcalde. Y la contralora para investigar y precisar el mínimo céntimo que esté destinado a cualquier programa que tenga la alcaldía”, indicó.
“Su titular no fue elegido, aunque sea con el mínimo de votos para el cargo, para satisfacer sus caprichos; por el contrario, debe demostrar que buscó el cargo para resolver problemas, necesidades, obligaciones de la gente”, agregó.
Prosiguió Morales diciendo que la ciudad de Barquisimeto hoy presenta un estado deplorable, como: aguas negras por doquier, basura, escombros por todos lados, y pésimos servicios.
“Con frases, pintura y dibujos no se resuelve la calamitosa situación que viven los barquisimetanos, sino con el trabajo, sin horario, que se debe hacer todos los días, sin descanso, ni días feriados”, expone.
En ese sentido, el entrevistado señala que existen leyes en el país que tienen que ser aplicadas y que, ojalá, no se repita aquí lo del tristemente célebre alcalde de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, el peor que ha tenido esa capital y quien estará pagando cárcel hasta el año 2.036 por contrataciones que fueron claramente producto de la corrupción.
“No estoy haciendo señalamiento alguno, pero sí advirtiendo que no se pueden hacer contrataciones y obras alegres como el parque extremo Daniel Dhers para la práctica del BMX freestyle, mientras la mayoría de barrios no tienen agua y para adquirirla a los camiones cisternas es muy costosa, el aseo no recorre los barrios y sus habitantes lanzan la basura a las quebradas, los alimentos cada día están más caros y cuando enferman están expuestos a morir porque tienen que comprar desde el algodón en adelante, porque los centros asistenciales no tienen medicamentos”, concluyó.