Desde hace pocos días es posible observar en la esquina de la avenida Argimiro Bracamonte con Venezuela un grupo de semáforos peatonales instalados por el equipo dela Autoridad Metropolitanade Transporte y Tránsito, los cuales están debidamente sincronizados con los vehiculares de la misma intersección.
La colocación de estos dispositivos, ya en pleno funcionamiento, forman parte del plan de semaforización de la ciudad que lleva adelante el instituto municipal, el cual ya atendió intersecciones comola Venezuelacon Leones y Venezuela con Vargas.
Y aunque enla Argimiro Bracamonteson pocos los peatones que cruzan de lado a lado, siempre es necesario, según lo establecen normas internacionales, contar con semáforos peatonales que no sólo muestren la luz verde o roja, sino que hagan ruidos determinados para aquellas personas que sufren de discapacidad visual.
Los pequeños artefactos electrónicos tienen el mismo diseño de los de mayor dimensión que sirven para controlar el tráfico. Son negros y encienden con bombillos de alta luminosidad.
Beneficiosa resulta tal medida dela AMTTen favor de la ciudadanía barquisimetana, ya que aparte de cumplirse con una norma de tránsito, se educa al ciudadano para hacerlo pasar una calle por encima del rayado peatonal y de frente al semáforo para mayor seguridad.
Se esperan que en las próximas semanas otros puntos de la ciudad sean objeto de intervención por las cuadrillas dela AMTTy reciban la instalación de semáforos para también controlar a quienes caminan, porque también desde los ciudadanos que van a pie se moviliza la ciudad.
Resulta curioso observar que la mayoría de las políticas de modernización del mobiliario urbano como semaforización, colocación de nuevas luminarias e inclusive pantallas informativas, siempre estén dirigidas a la avenida Venezuela.
Es allí, en el tramo de Los Leones hasta la avenida Vargas, donde el propio y el visitante puede darse cuenta que hay intención por parte de la municipalidad de implementar nuevas formas de adecuar a la ciudad en materia tecnológica.
Foto: Simón Alberto Orellana