Desidia. El deterioro que afectan a las calles de la comunidad Pueblo Nuevo, en la parroquia Juan de Villegas, preocupa a cuantos visitan el lugar. Ni siquiera las vías principales se salvan de los huecos y demás desperfectos del asfalto.
Los vecinos expresan que desde hace muchos años, la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) no realiza una rehabilitación del pavimento, por esa razón, los accesos al sector están más que dañados.
Mientras está presente el Sol, no hay tantos problemas como al caer los fuertes aguaceros. Los cráteres quedan tapados por el agua y es casi imposible observarlos. Los vehículos caen de forma aparatosa, sufriendo daños en neumáticos y tren delantero.
José Ramón Sánchez, habitante de la calle 15, explicó que la falta de voluntad de las autoridades ha influido de manera negativa en la comunidad que colinda con la avenida Florencio Jiménez, ubicada en el oeste de la ciudad. Es necesario un pronto mantenimiento vial, de lo contrario, las vías lucirán cada vez peor, sobre todo, las siete primeras calles.
En los alrededores de la feria de alimentos Cecocesola, en la calle 12, el caos es mayor debido a que en este punto de la comunidad acude un buen número de personas los fines de semana: en vehículos o caminando, los huecos trastocan el camino hacia el mercado popular.
Varias personas de la tercera edad, en su intento por ir a comprar las verduras para el hogar, terminan cayéndose al piso, ante el estado deplorable de la calle que está frente al establecimiento. Se trata de una situación lamentable que se arraiga en el popular vecindario.
Más seguridad
Por otro lado, es necesario un operativo de seguridad que benefice a todos los sectores de Pueblo Nuevo. Los frecuentes robos de vehículos, mantiene angustiados a los residentes y a sus familiares, quienes a pesar de hacer las respectivas denuncias, no perciben la acción policial.
Además de los robos de automóviles, los antosociales cometen atracos a plena luz del día, acabando con la paz de la zona. En la parada de autobuses, en las bodegas y otros espacios de la barriada, sorprenden a las personas para arrebatarles los objetos de valor.
Foto: Daniel Arrieta