El puente sobre la quebrada Limoncito, en el caserío del mismo nombre, a un lado de la carretera Duaca-Aroa, está convertido en un monumento a la desidia oficial a pesar de habérsele asignado suficientes recursos para su reconstrucción.
Se trata de una estructura que permitía el paso hacia sectores como Guaiguayure, Las Cocuizas, San Miguel, Las Titiaras, Los Volcanes, Quebrada de Oro y otros, al noroeste del municipio Crespo, lo que no ocurre desde hace más de dos años.
De acuerdo al dirigente social Rómulo Castro, aparentemente el contrato de la reconstrucción del puente, destruido por la crecida de la quebrada, fue asignado a una contratista sin experiencia alguna y los resultados se vieron muy pronto, que las aguas se llevaron la base oeste y le dejó nuevamente cortado en dos.
Dijo Castro que los productores de esa zona del campo han insistido en varias oportunidades ante el Ministerio de Tránsito Terrestre sobre le necesidad de la reconstrucción de la estructura sin resultados positivos.
En la actualidad los trabajadores del campo estan cruzando a un lado del destrozado paso aprovechando que no está lloviendo y la quebrada está seca, pero cuando se inicien las lluvias no podrán hacerlo y deberán esperar baje la corriente para poder llegar o salir de sus fincas.
“Lo peor es que desde hace mucho tiempo no se ve a nadie del ministerio, alcaldía o la gobernación acercarse al lugar, ni siquiera para hacer mediciones simulando estar interesados en reiniciar los trabajos”, afirmó Castro.
Insistió en que la destrucción del puente Limoncito ocurrió porque la obra estuvo a cargo de alguien desconocedor de la fuerza de las aguas y menos de esa quebrada que, como ha ocurrido en varias oportunidades, se lleva todo lo que encuentre a su alrededor cuando está crecida.
Aprovechó la ocasión para denunciar que también están paralizados los trabajos de reconstrucción de la carretera Duaca-Aroa en el mismo sector, destrozada igualmente por la quebrada hace unos dos años.
Actualmente los vehículos sólo tienen disponible un canal en ambos sentidos y como dejaron sin terminar los gaviones que estaban construyendo existe el peligro de que al llover fuerte en las cabeceras el agua se lleve lo que se hizo y el resto del tramo vial, impidiendo el tránsito automotor entre los estados Lara y Falcón por esa zona del país, concretamente entre Duaca y Aroa.