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Luisa Pernalete, impulsora del programa de Madres Promotoras de Paz del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría, advirtió que la pandemia de COVID-19 generó un crecimiento en la brecha entre la educación privada y pública.
De acuerdo con una nota de Radio Fe y Alegría Noticias, Pernalete señaló que aunque esta brecha siempre ha existido, con la pandemia se amplió aún más, afectando a los más vulnerables.
«Realmente aquellas personas que están en una situación de pobreza grave, no van en absoluto a la escuela», señaló Pernalete.
Al respecto, señaló que mientras los alumnos de escuelas públicas contaban con pocas herramientas para realizar sus tareas en la cuarentena, aquellos que estudiaban en instituciones privadas presentaban menos problemas.
Sobre el año escolar 2021-2022, Pernalete recordó que este fue híbrido ya que los alumnos fueron retornando a las aulas de clases paulatinamente.
«Esto a medida que se iban superando los miedos, las dudas, al igual que acoplando y arreglando las cosas y llenar los requisitos. A distancia no se necesitaban uniforme o pasajes, pero presencial sí», expresó.
Asimismo, calificó como positivo el retorno a las aulas, pues, según señaló, en casi toda América Latina ya estaban activados con esta dinámica.
Pérdida de aprendizaje
A pesar del retorno a las clases, Pernalete señaló que la educación a distancia generó gran pérdida en el aprendizaje en jóvenes y niños. Esto se evidenció en los diagnósticos que aplican en este retorno a la presencialidad.
«Venían sin hábitos, los más pequeños casi que no sabían agarrar los lápices, o que se habían olvidado de lo poco que habían aprendido», señaló Pernalete.
Aunque consideró que el retorno a la presencialidad fue bueno, señaló que las infraestructuras de las instituciones siguen presentando algunas deficiencias, especialmente en los servicios públicos.
En ese sentido, indicó que es necesario enseñar y dar más herramientas a los maestros para enfrentar las dificultades que se presentan.
Finalmente, ratificó que, a través de estos y otros indicadores, la desigualdad social también se vio reflejada con creces en la educación venezolana al término de este período escolar.
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