El convenio firmado en Teherán por Nicolás Maduro con su colega iraní, Ebrahim Raisi, a través del cual cede un millón de hectáreas para el cultivo agrícola, viola la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ya que ésta es muy clara en garantizar la soberanía territorial.
Al hacer la afirmación el presidente de Un Nuevo Tiempo en Lara, Lorenzo Monasterios, citó el artículo 13 constitucional, cuyo texto reza lo siguiente: “El territorio de Venezuela no puede ser cedido en ninguna forma a Estados extranjeros”.
Maduro, prosiguió el dirigente político, es muy irresponsable e incurre en traición a la patria porque está cediendo unas tierras a un Estado, sea para el uso que se le quiera dar, pues el mencionado artículo precisa que no puede hacerlo en ninguna forma.
Lo más grave de este hecho es que Maduro participó, por lo menos, en la aprobación de la redacción de esta Constitución, ya que fue uno de los diputados constituyentes escogidos por el propio Hugo Chávez, ya que para entonces era uno de los hombres de su mayor confianza al punto que lo llevó al gobierno y lo recomendó como su sucesor en caso de que muriera, como en efecto ocurrió.
Tengo que insistir en denunciar esa sesión porque la Asamblea Nacional, que debe estar atenta a los convenios, acuerdos y contrataciones firmados por el Ejecutivo Nacional con cualquier país, ni siquiera ha considerado el caso como si no se hubiera dado cuenta.
Absurdo resulta que ninguno de los diputados haya hecho comentario alguno y lleve el caso a discusión.
Esta es una situación sumamente grave porque se trata de una cesión territorial a un Estado que, aunque muy distante de Venezuela, está considerado como uno de los más peligrosos de la tierra por cuanto tiene, dentro de su estructura de funcionamiento político, un ejército terrorista.
Conviene recordar que la fuerza Quds, es la rama élite de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que está formada por alrededor de diez mil sujetos que apoyan y asesoran a grupos terroristas en el mundo.
Surge, entonces, una pregunta preocupante: ¿Vendrán a Venezuela, encubiertos como agricultores, elementos del Quds? Porque no podemos suponer que desde tan lejanas tierras vengan, como ángeles, los iraníes a sembrar los productos que consumen aquí, en territorio venezolano.
La razón es muy sencilla: transportar alimentos de Venezuela a Irán no es como llevarlos desde los estados andinos a Caracas, que por cierto tiene un alto costo.
De modo, pues, que quienes conocemos de agricultura en Venezuela, comentó Monasterios, sentimos preocupación tanto por el convenio como por los fines que éste tiene, ya que ni los iraníes ni Maduro han dado detalles de para qué fue firmado.
Se dice, superficialmente, que es para cultivo de rubros agrícolas, pero no se especifica, ni siquiera dónde están ubicadas esas tierras cedidas.
Es por ello que llama la atención que se viole el artículo 13 de la Constitución y no haya reacción alguna cuando Venezuela está entrando, a sabiendas, del peligro que representa traer iraníes a suelo venezolano y las posibilidades de que nuestro país sea convertido en una base de la fuerza Quds o de tropas de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, para implementar el terrorismo hacia otros países. Es grave esta cesión.
