El 18 de julio de 1982, hace 40 años, el Presidente de la República Luis Herrera Campins cortaba la cinta inaugural del Museo de Barquisimeto en compañía del entonces Gobernador del estado Lara y la directora y propulsora de la naciente institución, doctora Milagro Gómez de Blavia.
Este Museo se erigió sobre las ruinas del antiguo Hospital La Caridad, edificio cuya construcción se remonta al año 1877 y fue culminada en 1918 gracias a la gestión y aciertos del doctor Antonio María Pineda, galeno que posteriormente se convirtió en epónimo de ese importante centro asistencial al serle impuesto su nombre en 1939.
Luego de la mudanza del nosocomio a la moderna sede de la avenida Vargas en 1954, el viejo edificio fue cayendo en un paulatino y prolongado olvido. Los corredores se llenaron de maleza y los viejos techos de teja y caña brava se desplomaron en varias de sus alas. El centro asistencial que ayudo a salvar tantas vidas, ahora moría frente a los ojos de la ciudad a la cual sirvió.
Pero mientras la histórica edificación sucumbía a los embates del tiempo ocurría algo inusitado en esta ciudad, y es que no contaba Barquisimeto con un espacio digno para la difusión de su cultura, del arte y de la historia sin importar el ámbito.
Es así como nace la idea de lo que desde sus propios inicios se conoció como La Casa Grande de los Barquisimetanos. Mancomunidad de instituciones públicas y privadas hicieron posible lograr el rescate y restauración del antiguo Hospital La Caridad para convertirlo en uno de los museos más vanguardistas del país.
La doctora Milagro Gómez de Blavia, primera directora del Museo de Barquisimeto y principal propulsora del proyecto, ve con ojos de incertidumbre y preocupación la actual situación de esa institución 40 años después de su creación.
El Museo de Barquisimeto fue la confluencia de una serie de acciones que más allá de la ubicación de un espacio físico adecuado, requirió de la participación de expertos y especialistas en el área y más importante aún, la adquisición a través de donaciones y entregas de importantes colecciones de piezas y objetos de arte o valor histórico, material que demás está decir, es necesario en este tipo de instituciones.
Pero, ¿dónde están hoy las colecciones del Museo de Barquisimeto? Esta interrogante preocupa no desde ahora, sino desde hace varios años a la doctora Milagro Gómez de Blavia ante la «ausencia» de muchas de esas piezas que ingresaron bajo la figura de donación y que formaron parte de importantes exposiciones, algunas incluso trascendieron más allá de nuestras fronteras.
«Este Gobierno en los momentos poderosos de Hugo Chávez, concentró todos los museos de todas las comunidades como nacionales y presuntamente las colecciones fueron llevadas de un lugar a otro para exponerlas o para ponerlas como objetos decorativos en hogares particulares pertenecientes a algunas autoridades», señaló para comenzar la doctora Gómez de Blavia, a la vez que agregó que eso ha pasado en todos los regímenes donde al parecer algunos creen que las obras de arte pueden servir de objetos decorativos en las casas particulares.
«Pero la idea no es ver por el espejo retrovisor. Qué ha pasado desde que se fundó el Museo de Barquisimeto. El arribo a sus 40 años no es una noticia, no es un cumpleaños, es un llamado de atención, un SOS ¿Dónde están las colecciones del Museo? o cómo están, porque dónde están podría manejarse como un prejuicio contra quienes han manejado el Museo de Barquisimeto, entonces más bien sería ¿cómo están?.
«No es cuestión de echarle toda la culpa al Gobierno. Vemos como la sociedad política, cívica y empresarial le han dado la espalda a sus grandes reservorios documentales y ambientales, como lo es el Parque Bararida y de objetos, como lo es el Museo de Barquisimeto», indicó Gómez de Blavia a El Impulso.
Ante la duda surgida en unos pocos sectores no hace mucho, señaló la antigua directora del Museo que celebra que se estén haciendo esas preguntas, porque según indicó, «una de las cosas que más afectan es el silencio no cómplice, porque ese no es el ánimo que siento, sino como cuando las cosas no importan mucho«.
De ahí -continuó- que hay que resguardar de esa memoria y de esa trayectoria exitosa que se puede tener de los primeros años y de las colecciones del Museo de Barquisimeto, porque a final de cuenta el edificio está en pie.
En cuanto al personal, señaló Gómez de Blavia que como ha ocurrido en el resto del país, se ha perdido la capacidad técnica, pero eso es recuperable porque existe mucho talento de gente joven que se puede recuperar. En cuanto al público, hay que hacer un gran esfuerzo para captar, mantener, preservar y cuidar ese público.
Pero volviendo al tema de las colecciones del Museo, señaló la doctora Milagro Gómez de Blavia que estos son elementos de mucha importancia, porque es a través de estos objetos que se establece un mensaje entre público y patrimonio.
En este caso, señaló que el patrimonio representado por las colecciones permite que se narre una historia, se plantee una situación o se determine una opción, porque como bien lo determina la museología, es un medio de comunicación donde el patrimonio se conecta con la ciudadanía y se vincula y se muestra a un turista, se siembra en los niños, se regodean los ancianos, etc.
«El patrimonio del museo es un patrimonio mueble, que gracias a Dios en estos tiempos no tiene casi límites porque el patrimonio gráfico, digital y todo lo que significan las posibilidades de este momento, permiten que uno pueda utilizar la imagen para comunicar una idea».
«Pero las colecciones pueden ser objeto de destrozos, abandono, robo y todo lo que pueda significar su no conservación. Esa es la pregunta que yo quiero que la gente se haga, porque los otros elementos pueden ser rescatables», apuntó la doctora Gómez de Blavia.
«Todo lo que se trabajó en el museo porque cada artista donara una obra, hubo personas que donaron sus colecciones completas, se fueron recibiendo de la mejor forma y se hizo un depósito que tuvo todas las normas de conservación, porque sobre todo cuando es la plástica (papel, fotografía, etcétera.) hay que tener las condiciones ambientales necesarias». Su gran preocupación, insiste, es que el paradero de muchas de esas piezas es hoy desconocido.
«Hay que hacer un llamado de atención porque hay que poner un alto y dirigir la mirada. hay que llamar la atención no solo de las autoridades, sino de la ciudadanía entera, tal ,y como ocurrió recientemente con el Parque Bararida luego que el escándalo por la afectación de esas instalaciones con la construcción de una pista de karting, el asunto trascendió a la opinión pública. Ello llamó la atención de las autoridades competentes, en este caso el Ministerio de Ecosocialismo, a que se apersonaran en el citado parque».
«Eso es lo que nosotros queremos, que salga ante la opinión pública qué es lo que está pasando con el Museo de Barquisimeto, sobre todo porque cuando pasaron y les quitaron la potestad a las ciudades y esta ciudad no protestó. Si vinculamos el Parque Bararida, el Museo de Barquisimeto, el Centro de Historia Larense y todo lo que ya no está o se ha perdido, eso al final de cuentas es un desprecio que nosotros tenemos por nuestra memoria y nuestro patrimonio«. Con esas palabras cerró la doctora Milagro Gómez de Blavia, reconocida como la principal impulsadora del proyecto que culminó con la inauguración del Museo de Barquisimeto hace 40 años.