El oro negro uno de los tantos nombres con los cuales se asocia al petróleo, siendo esté un recurso natural atado a una serie de paradigmas en el imaginario colectivo de los venezolanos, que para la fecha actual permanecen como recuerdos de una industria muy prestigiosa por supuesto por las remuneraciones que percibían los involucrados de la misma. De lo que fue PDVSA como marca en el país hoy quedan pocas cosas, nuestro principal commodities es un producto que se extrae para pagar deudas derivadas de la mala administración del Estado en su industria más prominente, ésta parece ser quien posibilite a mediano plazo los cambios que requiere la economía y por ende la política nacional.
Progreso debería ser una de las formas para denominar al petróleo en el país, ello dado que el siglo XX significó una explosión de avances que arrancaron luego de la extracción petrolera, tanto eran sus regalías que las dictaduras pudieron construir edificaciones para lo público, aun cuando su proceder giraba en preservar el poder político mediante un gasto en materia militar. No fue hasta el período democrático que la inversión en servicios de educación en todos los niveles, así como salud y demás garantías ciudadanas, fue cubierto por los gobiernos que proyectaron un país diferente a los países de medio oriente productores de petróleo, donde las teocracias actuaron según otros intereses.
Esos logros no fueron para la población de valor significativo, esto se evidencia cuando muchos dicen envidiar el tener edificios modernos y hoteles cinco estrellas para que los ocupen turistas adinerados que lleguen al país, cuando en realidad gracias al gasto social de la época democrática hoy venezolanos son quienes diseñan grandes obras de infraestructura, estadios de futbol y seguro forman parte de equipos de investigación prestigiosos en las universidades del mundo, lo que aquí no se construyó en infraestructura se invirtió en el recurso humano que es capaz de transformar la materia prima, para lo cual debía existir algo como lo que fue Pequiven donde se transformaría el petróleo en diferentes derivados, así fue el plan de una Venezuela que se proyectaba gigante.
Por otro lado, el dominio de una materia prima como el petróleo seguro genera los empleos suficientes para que exista estabilidad económica en un país, pero esto se alcanza con inversión en ciencia y fomento en la investigación. Ese fue el camino que perdimos, la siembra del petróleo se estaba realizando en la capacitación del recurso humano, en individuos con capacidad de transformar su entorno con ideas. No son los hoteles de lujos ni los rascacielos los que garantizan estabilidad económica para una nación, pero la política no fue capaz de enfocarse en las prioridades que nuestra sociedad requería, siendo esté el trabajo para nuestro tiempo presente, el de conjugar la política y las potencialidades que posee el territorio nacional.
Parte del estancamiento en materia de hidrocarburo ocurrió por el paradigma que dominó en la mente de los venezolanos en tiempos pasados alrededor del tema petrolero, la idea de que el combustible fósil era un recurso con fecha de caducidad y por lo tanto se debía extraer a ritmos moderados manteniendo el recurso en inventario como una reserva a futuro cuando en verdad existe ya la posibilidad de que su valor como principal componente de costo en transporte terrestre llegue a su fin, porque el vehículo eléctrico es un hecho y Europa ya tiene fecha para dejar de producir motores a gasolina en el dos mil treinta y cinco, lo cual advierte de ese declive en la demanda mundial de crudo, y el país quedará con grandes reservas sin sembrar y con cero posibilidad de aprovechar para beneficio de todos.
Dicho esto, queda de parte de la ciudadanía entender el rol de las materias primas en la construcción del futuro que todos aspiran, aquí entra en escena la política como un bien colectivo, que debe ser enfocado hacia la generación de propuestas acordes a los tiempos posmodernos, de ello que los líderes que aspiren a conducir el país deben poseer como recurso un equipo de trabajo que sea apto en generar planes y proyectos acordes a la realidad de Venezuela que comiencen vislumbrando un país de bienestar aprovechando las regalías de un recurso bien conducido capaz de forjar unas bases sólidas para la estabilidad económica en los tiempos por venir.
Eduin Adjunta
@Adjunta90
