Matthew Robison fue un niño que nació con parálisis cerebral, duró su corta vida dependiendo de una silla de ruedas y a sus 10 años de edad se despidió de este plano terrenal.
Tras el dolor de su pérdida, sus padres quisieron graficar lo que sentían mediante una lápida fúnebre que representa cómo se imaginaron la partida de su pequeño hijo: “Pasó toda su vida en una silla de ruedas y tuve la idea de que él sería capaz de levantarse físicamente de su silla de ruedas e ir al cielo”, dijo el papá de Matthew.
De esta manera, en la lápida de Robison, colocaron la escultura de un niño levantándose de una silla de ruedas y apuntando hacia el cielo, justo como los padres de Matthew perciben esta dura realidad.
Para los progenitores, Robison al morir se liberó de todas sus discapacidades y limitaciones que tenía aquí en la Tierra. “La escultura representa al niño de pie con un pie en el asiento de una silla de ruedas en ruinas, su rostro está levantado y su brazo izquierdo se extiende hacia el cielo, movimientos que su madre dice que fue incapaz de hacer mientras estaba vivo”, dijo su papá.
Cabe destacar que esta escultura generó reacciones positivas en muchas personas, quienes han dejado comentarios de empatía a través de las redes sociales, mientras que otras personas tomaron la decisión de acudir hacia el sepulcro para llevar flores y juguetes.