Gloria Cuenca y Juan Páez Ávila, exdirectores de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, y el exconstitucionalista Alberto Jordán Hernández afirman que ésta es la peor época que le ha tocado vivir a los medios y a los periodistas en Venezuela.
Ninguna de las dictaduras militares llegaron al extremo de desatar tanto ensañamiento contra la libertad de expresión e información como ha ocurrido con el régimen implantado hace 22 años en el país.
Sus opiniones fueron emitidas a El Impulso, con motivo del Día del Periodista, instituido por la aparición de El Correo del Orinoco, que apareció el 27 de junio de 1.818, ordenado por Simón Bolívar, en lo que entonces se denominaba provincia de Guayana, al oriente de Venezuela.
Nada qué celebrar
Alberto Jordán Hernández, periodista y abogado, quien fue uno de los constitucionalistas que participó en la elaboración de la Constitución vigente desde 1.999 y particularmente en los artículos relacionados con la libertad de información y de expresión, se mostró decepcionado, conmovido y entristecido de la forma como el régimen ha venido actuando contra los medios de comunicación y los periodistas.
“No tenemos nada que celebrar no obstante que las garantías constitucionales nos amparan,” dijo. “Yo fui proponente de la consagración del derecho a la información y a que todos los ciudadanos nos expresamos como todos los seres humanos en una democracia».
Es un día conmemorado porque es el día de nuestra prensa insigne, prosiguió. Pero, ya no tenemos democracia. Ahora, no sólo se ha venido acabando con todo tipo de medios informativos, sino que están reprimiendo la institución gremial. La mayoría de colegios, prácticamente, están cerrados porque la actividad periodística ha mermado.
Han desaparecido la mayoría de los periódicos, comenzando por el decano de los diarios nacionales, El Impulso, y los de las capitales de los estados.
Como práctica de un régimen de terror no ha faltado el atropello a los periodistas, muchos de ellos presos y enjuiciados, así como los refugiados por no decir exiliados en varios países.
Tenemos una lucha constante para informar porque hasta las redes también están reprimidas.
Como columnista de El Impulso siento que estamos viviendo la peor situación para el ejercicio del periodismo. Se observa una autocensura en los medios y el régimen no cesa de elogiar las dictaduras de otros países que le son afines. Le parece normal lo que ocurre en Ucrania, Nicaragua y Cuba.
No se conforman los funcionarios con silenciar medios y periodistas. Éstos no pueden formular las preguntas de interés que tiene la población porque no hay ruedas de prensa, sino una parodia de ellas como se evidencia cuando convocan a sus periodistas comprometidos, quienes les llevan la corriente y, por supuesto, no hacen interrogantes que puedan molestar a quienes representan al régimen.
Pocos países tienen el terror que nosotros tenemos. Y se está batiendo un récord, pero muy negativo, de restricción a la libertad informativa y de opinión.
Situación nunca vista
Por su parte, la doctora Gloria Cuenca, quien se ha ganado el respeto y la admiración por su labor docente, afirmó que la situación de los periodistas venezolanos es crítica por cuanto deben enfrentar un régimen que odia la libertad de expresión.
No importa que la Constitución nacional la ampare en los artículos 57 y 58 fundamentalmente, sino que están todo el tiempo persiguiendo a quienes, con mucha dedicación y bastante sacrificio, buscan la información noticiosa y mantener al pueblo informado, cumpliendo con su deber como periodistas.
Ejercer la profesión de periodista es muy difícil en los regímenes de corte totalitario, personalistas y militaristas como este que existe en Venezuela.
Como todo régimen totalitarista tiene la misma tendencia de creer que porque no se digan las cosas por los medios la gente no se entera. Sin embargo existe una peculiaridad en este momento: las redes sociales no pueden silenciar todo el proceso informativo noticioso que se está produciendo y se conoce, prácticamente, al instante.
Este régimen ha sido el más nefasto en los más de doscientos años que tiene el proceso de la industria del periodismo en Venezuela, porque éste comenzó en 1.808 con la fundación de la Gaceta de Caracas.
Nunca había habido un régimen tan terrible contra los medios como el que rige a Venezuela actualmente. Porque con las dictaduras del siglo 20, en particular las de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, incluso la de Marcos Pérez Jiménez, jamás se les ocurrió pretender cambiar la esencia del periodismo. El periodismo es para informar, para dar noticias, para divulgar todos los hechos que están en el espacio público y ponerlos en conocimiento de la gente que busca la noticia en los medios. Ellos llegaron a censurar la parte política. Pérez Jiménez tenía un censor terrible, llamado Vitelio Reyes, que iba a los periódicos y sacaba lo que era político, pero lo que no era político, sucesos, ciencia, cultura, tecnología e internacionales, se manejaba muy bien. Y tenían la decencia de respetar los objetivos fundamentales del periodismo. En cambio este régimen quiere transformar a todos los periodistas en propagandistas. No se conforma con todo ese sistema de medios nacionales que, de alguna manera, han logrado con todas sus marramucias. Pretende que todos los periodistas perdamos el sentido de lo que es la realidad sociopolítica del país, la región y el mundo, y nos transformemos en propagandistas de este régimen que es totalmente nefasto porque no ha dado resultado y nos ha sumido en la peor crisis de la historia del continente.
El acceso a la información noticiosa es cada vez más difícil para el reportero, para el periodista que trabaja a diario con su fuente.
El régimen no quiere que se diga la verdad de lo ocurrido, que es muy dramática en todos los aspectos. Habrá una o dos fuentes que puedan más o menos manejarse con cierta tranquilidad, pero las grandes fuentes que son economía, política, sucesos, la misma ciencia, cultura y tecnología, han sido arropadas por ese desastre denominado hegemonía comunicacional. Ellos nunca dijeron lo que era, pero eso ahora está muy claro: acabar con la industria libre de la comunicación en Venezuela, que era una poderosa industria. Han acabado con la prensa escrita y todo lo que era la televisión y por supuesto con una gran cantidad de medios radiales que han cerrado y conculcado.
Nunca, reitero, en más de doscientos años de libertad de información y expresión en Venezuela, ha habido un régimen tan terrible contra la libertad de información y expresión. Pero, los periodistas están luchando a brazo partido para intentar informar. A todos ellos mi felicitación.
Represión total
El profesor Juan Páez Ávila, novelista, periodista y analista político, asevera que más que hegemonía lo que hay es una gran represión contra los medios de comunicación, los periodistas, los fotoreporteros, los camarógrafos, todo lo que tenga que ver con el trabajo periodístico.
Hay denuncias muy concretas de atropellos contra colegas en distintas partes de Venezuela. No hay libertad de expresión. Es una farsa lo que ha montado el gobierno de que quiere aparecer ante el mundo de que se están dando pasos hacia la estabilización del país y que acepta la democracia. Todo eso está cuestionado a nivel internacional.
No solo los colegas periodistas y gremios están condenados a la represión, sino que hay centenares de colegas que han salido del país porque temen por su integridad física. Organismos internacionales conocen de esa situación y están dispuestos a ayudarnos a producir un cambio. Queremos un cambio que regrese la democracia y con ella la libertad de expresión porque sin ésta no hay democracia.
En el mundo de hoy hay gran amplitud en la información, pero no en Venezuela y, por tanto, es necesario que el gremio se una cada día más y se vea fortalecido para emprender una lucha por la libertad de información y de expresión.
Como parte de la crisis muchos periodistas se han ido del país porque es imposible trabajar en Venezuela, ya que han desaparecido la inmensa mayoría de medios y existe, además, una gran represión. Se mantiene la violencia contra la libertad de expresión en Venezuela y no tenemos por lo tanto, nada que celebrar en este día, concluyó su declaración.