Convencido está el cardenal Baltazar Porras de que la dirigencia política venezolana no valora a la población porque carece de criterio para generar propuestas y buscar soluciones a la grave crisis que atraviesa el país.
“El venezolano no es tan bruto ni ignorante como para que se encoja de hombros ante todo lo que estamos sufriendo. El problema es que no tiene referentes y opta por padecer”, dijo Porras en entrevista con Encuentro Humanista. “Hay la necesidad de un liderazgo que no va a ser nunca un santo de altar, solo con cualidades, sin defectos, pero se le exigirá tener por delante un programa de acción y valores sólidos que generen igualdad de oportunidades y ocasiones para crecer”, agregó.
Aunado a esto, el también administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas expresó que el contacto que han tenido los dirigentes con la sociedad ha sido pobre, y que se limitan a actuar mediáticamente y a distancia.
“Las dirigencias opositora y la oficialista están divorciadas de la gente. ¿Por qué crees que la Iglesia mantiene una alta credibilidad en la sociedad venezolana? No es porque seamos héroes ni hagamos las cosas mejor, es porque nos mantenemos cerca de la gente y compartimos sus problemas y su día a día, aunque no tengamos las respuestas ni la posibilidad de resolver siempre. Ese es el déficit que este pueblo encuentra en quienes debían ser sus líderes y más consecuentes acompañantes”, dijo.
Recordó que la Iglesia ha promovido numerosos acercamientos entre los sectores políticos, académicos, empresariales y gremiales. Y dejó claro que los dirigentes son los que deben generar propuestas y buscar las soluciones, no la Iglesia, que ha asumido lo que le corresponde y lo que no.