Nada de lo que ocurre en Colombia nos es ajeno a los venezolanos. Hay quienes dicen que somos, junto con Ecuador, un solo país. La primera Constitución Venezolana, fue la de diciembre de 1821, la de la Gran Colombia, la del Congreso de Cúcuta, la misma de Colombia. El país hermano, ha tenido menos constituciones que Venezuela. Su estabilidad institucional ha sido mayor, aunque ha derivado, por culpa de los intereses políticos y del narcotráfico, en un país dividido y violento. Todos recordamos las terribles consecuencias de la trágica muerte de Jorge Eliécer Gaitán, en medio de una guerra interna y oprobiosa, madre de la división actual. Parece que es un problema sin fin. El ex presidente Uribe sufrió la muerte de su padre por este violento problema. Colombia y México son las mayores víctimas de la violencia en América Latina, sin descartar otros países de Centroamérica. Es muy doloroso que esto sea así. No vemos la hora que esta ola de violencia termine y volvamos a ser una región pacífica y hermosa como en otros tiempos.
Venezuela y Colombia han estado siempre muy hermanados. Hermanos “siameses” los llamó hace pocos días el presidente Iván Duque. Y es cierto, nacimos juntos, llevamos el origen que nos dio la mano férrea y valiente de Simón Bolívar, quien es el Libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y el Alto Perú, hoy Bolivia, la hija predilecta del Libertador. Muchos venezolanos dejaron su vida en la guerra independentista, uno de ellos muy admirado, Antonio José de Sucre, el inmaculado, murió muy joven, asesinado en Berruecos, Colombia, cerca de Pasto. Somos pues, países hermanos, aunque hemos tenido muchos, comunes y graves problemas. La delimitación de las aguas marinas y submarinas está sin una solución definitiva. La guerrilla del narcotráfico ya referida, la frontera más movida de toda América Latina. Sin embargo, hemos sido países que nos hemos ayudado. Durante un tiempo muy largo, miles de colombianos vinieron a Venezuela, cuando éramos un país próspero y de una riqueza visible, disfrutable y entonces compartida. Conocí colombianos, ecuatorianos, chilenos, panameños y salvadoreños etc. Siempre ayudamos a quienes entonces nos necesitaban. Ideamos su regularización migratoria. Hoy somos nosotros los menesterosos, necesitamos la ayuda de todo el continente. Basta ver las enormes filas de venezolanos caminando hacia Estados Unidos, Canadá y hacia Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, México, Panamá y otros países. También han saltado el océano Atlántico. Cuántos venezolanos sabemos que en mala hora para esta patria, se fueron a España, Italia, Alemania, Inglaterra, etc. Espero que vuelvan a contribuir a la grandeza de esta nación.
No olvido que el primer Papa en visitar este continente latinoamericano fue el hoy San Pablo VI y su visita fue a Colombia. Luego, el también santo, San Juan Pablo II vino dos veces a Venezuela y Colombia. El presidente Caldera, comenzando su primer gobierno, la primera visita que realizó al exterior, fue a Colombia. Recuerdo su frase al llegar a Bogotá: “Vengo de Venezuela a Colombia, sin salir de la patria de Bolívar.” Aquella frase conmovió a venezolanos y colombianos. Dentro de pocos días Colombia elegirá un nuevo presidente. Nos preocupa el destino del hermano país. Iván Duque ha sido un gran presidente. Un hombre culto, y en medio de disturbios y desórdenes, respetuoso de los derechos humanos, preparado intelectualmente y amante de su patria. Un triunfo de Petro, ex guerrillero, lleno de odio como todos los marxistas, sería otra tragedia para Colombia. Espero que Rodolfo Hernández esté a la altura. Dios salve a Colombia.
Joel Rodríguez Ramos
