#Opinión: Caos del mundo y la tecnología (III) Autor: Amanda N. de Victoria

“La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, descubrimientos y grandes estrategias” (A. Einstein)
Anteriormente conocíamos lo que iba a suceder por medio de los profetas quienes recibían la información por inspiración divina. Hoy en día contamos con nuestros profetas los científicos, quienes reciben esa misma inspiración analizando todos los hechos que ocurren alrededor del mundo, a veces apoyados en la ciencia ficción, sobre todo en los sucesos del diario vivir.
A lo largo del tiempo la tecnología ha cambiado nuestra forma de vivir. Dependemos de las diferentes energías que impulsan nuestro planeta: atómica, eléctrica e hidráulica. Una de las energías de la que dependemos absolutamente es de la eléctrica, motor del mundo en que vivimos. De esta surgieron las telecomunicaciones, tanto terrestres como espaciales.
En nuestro mundo subdesarrollado podemos sentir a diario los efectos que causan la interrupción de los semáforos, la comunicación a larga distancia, los servicios bancarios, financieros, la energía doméstica, industrial etc. Dependemos de máquinas y sistemas que fallan con frecuencia tanto en lo mecánico como en lo humano. Es en el sistema tecnológico en el que puede ocurrir en muy corto tiempo un desbarajuste de grandes proporciones a nivel mundial. Imaginemos el caos que desataría la destrucción de algunos de los satélites que controlan la comunicación militar, las redes de transporte aéreo, vehiculares, la red bancaria, de televisión, la financiera etc. Esto pondría al mundo incontrolable, patas arriba.
Sea causado de forma natural, por fallas en su manejo, o por la mano criminal del hombre el riesgo de destrucción de la tierra sería inminente, ahora más que nunca con el próximo ciclo solar ,cuyas consecuencias letales avizoran los científicos y alertan de eso que se nos está viniendo encima sin poder evitarlo. Esto parece utópico, pero está a la vuelta de la esquina.
Los científicos se han ocupado más en adecuar una estación espacial en prevención de lo inevitable, que en cuidar los efectos de una destrucción masiva de las energías existentes. No existen hasta ahora planes B para evitar un colapso de la magnitud que podría significar el desastre de estos tipos de energía. Para esto el mundo no está preparado. En un colapso así surgirían hambrunas con millones de muertos y desastres, habría falta de agua, de alimentos y asistencia médica. Cuando caigan los sistemas, detrás caerá todo; las consecuencias son inimaginables. Por eso es que es necesario que científicos del mundo empiecen a pensar más en la tierra que en el espacio y fortalecer lo ya existente, previendo un caos energético.
No se trata de ser profeta del desastre. El avance ha llevado el hombre a no mirar los efectos de su causa. Muchos años ha necesitado para ufanarse de lo que ha logrado hasta hoy, pero ha sido destructivo con su propio ambiente, más dañino que cualquier plaga. Es capaz de arrasar en una hora lo que a la madre natura le llevó miles de años hacer.
Desde que el hombre llegó al planeta rompió todo equilibrio y armonía. Gracias a su inteligencia ha luchado por vivir mejor desde la época de las cavernas hasta la presente. Ha explorado por sí mismo los continentes, los mares y el espacio interplanetario, transformó la distancia y sometió el tiempo, creó ciudades, armas atómicas, máquinas, obras de arte, vehículos, avances en la ciencia médica etc. La fuerza de ayer fue reemplazada por el ingenio; el fabuloso alcance de su curiosidad es proverbial en el ser humano como lo es la amplitud de sus instrucciones y anticipaciones.
¿Será verdad que moriremos con nuestro mundo encantado, deformado, exangüe, apagado y sin esperanzas en esa pálida, vaga y gris ceniza así como lo es el sueño y el olvido? ¿Será verdad que ya no cantarán los turpiales, ruiseñores ni los mirlos, que ya no habrá ríos, árboles, tucusitos, navidad, niños ni sonrisas?, ¿Será verdad que nuestra tierra seguirá girando, girando, expuesta siempre a un traspié que altere su equilibrio? Vaya usted a saber. El caos se avecina, pero tenemos la esperanza, aunque en estos momentos es una holgazana en la caja de Pandora…
Oigamos, veamos, pensemos, reflexionemos y actuemos.
Y dijo el ángel: “No habrá más tiempo”…