Cuentan acerca de un hombre que viajaba por el océano y su barco se hundió, quedó a la deriva por varios días antes de que milagrosamente fuera encontrado por unos pescadores en su bote, quienes pensaron que el náufrago estaba muerto.
Al recuperarse de su pésima condición, contó el peor error que había cometido, cuando al sentir una sed desesperante, bebía agua de mar, la cual tiene una concentración de sales de 36 gramos de sal por litro de agua cuando nuestro medio interno tiene 9 gramos por litro. Si nos la tomamos tal cual, nuestra concentración de sal sube tanto que los tejidos del cuerpo deben liberar agua para que la proporción de sales del agua que hemos tomado vuelva a ser de 9 gramos por litro. Y eso conduce a diarreas y a la deshidratación.
Este hombre lejos de saciarse, sentía más sed, mientras más agua tomaba introducía con cada sorbo a su cuerpo sal que lo deshidrataba más, sólo que en su desesperación el agua de mar lo seducía. Gracias a Dios fue rescatado a tiempo.
Asimismo, muchas veces cuando sentimos sed de amor, cariño, comprensión, verdad o atención, la buscamos en cosas o relaciones que lejos de saciarnos, nos dejan peor que antes. Así, el solitario se refugia en otro más solitario; el falto de amor lo busca en los placeres y la vida desenfrenada; el incomprendido se refugia en vicios y mal carácter para llamar la atención.
Todos tenemos necesidades legítimas, sin embargo, seremos tentados a satisfacerlas de manera ilegítima, con aquello que no nutre nuestras almas. Nuestros defectos de carácter y pecados al principio se presentan como si fueran divertidos y aliviadores, pero solo es cuestión de tiempo para que se vuelvan mortales.
Sacia tu necesidad con lo que sí alimenta
Haz que la sed y la necesidad saquen de ti lo mejor, el gran genio Leonardo Da Vinci dice al respecto: «La necesidad es maestra y tutora de la naturaleza. Es su tema y la fuente de sus invenciones, su freno y su regla perpetua.» Es hora ya de que dejes de llenar tu cuerpo de agua salada que sólo te lleva al caos, esta se presenta por medio de sustancias, actividades y relaciones destructivas, las cuales se vuelven adictivas. Parecen hidratar, pero su contenido es destructivo. Jesús dice: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14.
No permitas que la necesidad te lleve a buscar satisfacerla en aquello que terminará causándote más problemas, no dejes que aquellos que van cuesta abajo te arrastren a ti en su desenfreno y que tu sed te lleve a buscar salidas fáciles y rápidas, recuerda, no estás solo, mira a tu alrededor y encontrarás más de una persona que de verdad te ama y está dispuesta a ayudarte y acompañarte a salir de la circunstancia en la que estás, puede ser un familiar, un amigo hay alguien esperando con ansias para ayudarte, y, por sobre todo, recuerda que cuentas con la ayuda del creador y mejor amigo, Dios. Él dejó su trono glorioso y tomó forma de hombre, llegando a amarnos de tal manera que mostró su amor entregando su vida. Él es Jesús.
El Amor y la Presión
El amor recibido es un gran calmante y aliciente, amar y ser amado es una experiencia sanadora, todos necesitamos dar y recibir amor. Un alma aislada, se consume lentamente y se entrega a la muerte. Dios nos diseñó para vivir en relación con otros. No somos islas, somos continente.
«Llegar a casa y recibir el abrazo del hombre o la mujer que uno ama reduce la presión arterial precipitada por una jornada laboral estresante», señala un nuevo estudio.
La investigación realizada por la Universidad de Toronto y dada a conocer durante una reunión de la Asociación Estadounidense del Corazón, monitoreó a 216 hombres y mujeres a lo largo de un año.
Todos tenían entre 40 y 65 años y habían estado viviendo en pareja durante los últimos seis meses. Al comienzo del estudio, se monitoreó la presión sanguínea de los participantes a lo largo de 24 horas, durante un día laboral.
También se midió el nivel de stress que cada uno enfrentaba en su trabajo. Y a través de otra prueba se evaluó la “cohesión marital” de los mismos.
El estudio encontró que aquellos que tenían trabajos demandantes, pero también tenían apoyo conyugal, vieron decaer levemente su nivel de presión arterial.
Mientras que aquellos con trabajos estresantes que no contaban con apoyo en casa, padecieron el esperado aumento de presión.
Los científicos a cargo del estudio señalaron que estos resultados son significativos, en vista de que la presión sanguínea suele subir naturalmente con el paso de los años.
Fuente: BBC.
Redacción: ACPress.net
Los beneficios de un abrazo afectivo:
Ayuda a sentirse bien: Al abrazar, el cuerpo libera una sustancia llamada oxitocina, también conocida como la hormona del bienestar, que genera una sensación de felicidad en la persona. De igual manera facilita la liberación de endorfinas, la misma sustancia química liberada después de una actividad física intensa o cuando se come un chocolate. Esta sustancia contribuye a la sensación de bienestar.
Estrecha lazos afectivos: El abrazo también es saludable para el apego emocional. La oxitocina está íntimamente ligada al parto y al amamantar y tiene un papel biológico en la relación entre la madre y el bebé.
Es saludable querer estar cerca de alguien. El abrazo será aun mejor si usted cuenta para su pareja o familiar, lo bueno que es tenerlo cerca. Mejora la comunicación: El abrazo no causa solo atracción física. La mayoría de las parejas se quejan de problemas de comunicación. Las personas quieren sentirse comprendidas y el abrazo puede ser el vehículo que transmite esa comprensión y empatía. La comunicación no verbal puede ser una forma bastante poderosa para expresar sus sentimientos. Por cierto, las investigaciones muestran que una mujer necesita por lo menos ocho abrazos afectivos diarios de su cónyuge para responder sexualmente. ¡Hay que llenar el tanque antes de pretender sacar agua!
Que bueno es tener a un amigo(a) edificante
Salomón habla de las relaciones sólidas y saludables mostrándonos sus beneficios: «Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.» (Eclesiastés 4:9-12 NTV)
Es triste ver como hoy la corriente de pensamiento pareciera ir hacia la idea de que no es necesario tener una persona al lado para salir adelante en la vida, y la gente lucha por apoyar tal idea tratando de ser lo más exitoso posible en el trabajo, los hijos, los amigos, en fin todo para a la larga darse cuenta de que todo esto no cambia el stress, las noches frías, las nubes grises, la compañía, el oído que escuche y el hombro que soporte nuestras emociones. Hay que aceptarlo fuimos creados para estar en familia.
¿Qué te parece si hoy, cuando llegues a casa, le estabilizas la presión arterial a aquellos que viven contigo, con un cálido abrazo? Al hacerlo estabilizarás tu propia presión. Pruébalo, es buen remedio. Esfuérzate y Hazlo.
Twitter: @reajose
