Recuperado del dolor de rodilla que le ha obligado a utilizar una silla de ruedas, el papa Francisco nombró el domingo 10 nuevos santos y presidió la primera ceremonia de canonización en el Vaticano en unos dos años.
Francisco estuvo de pie un largo rato al inicio de la ceremonia para saludar a los sacerdotes que cocelebraban la misa, y cojeó hasta el altar para proclamar como santos a seis hombres y cuatro mujeres. Entre ellos había un sacerdote y periodista holandés asesinado por los nazis, un lego indio converso que fue asesinado por su fe y media docenas de sacerdotes y monjas francesas e italianas que fundaron órdenes religiosas.
Antes de unas 45.000 personas en la Plaza de San Pedro, Francisco dijo que los diez habían mostrado santidad en la vida cotidiana y dijo que la Iglesia debe abrazar esa idea, en lugar del ideal inalcanzable de los logros personales.
“La santidad no consiste en unos pocos gestos heroicos, sino en muchos actos pequeños de amor cotidiano”, dijo el pontífice desde su silla en el altar.
El presidente de Italia, la ministra de Exteriores de Holanda, el ministro del Interior de Francia y el ministro para Minorías de India, junto con decenas de miles de fieles, acudieron a la plaza soleada, adornada con flores holandesas en honor del reverendo Titus Brandsma , un santo mártir que murió en el campo de concentración de Dachau en 1942.
Durante el proceso de canonización, un grupo de periodistas holandeses y alemanes ocasionales que Brandsma se convirtiera en santo patrón de los periodistas junto con San Francisco de Sales, dada su labor para combatir la propaganda y falsas noticias durante el auge del fascismo y el nazismo en Europa. Según una carta abierta enviada este mes a Francisco, los periodistas señalaron que Brandsma peleó con éxito para prohibir que se imprimiera propaganda nazi en los periódicos católicos. El papa no respondió en un primer momento a la petición.
Además de Brandsma, los nuevos santos incluyen al converso indio del siglo XVIII Lazarus, también conocido como Devashayam, que se mezcló con las castas inferiores de India y fue considerado como traidor por el palacio real indio, que probablemente su arresto y ejecución en 1752.
“Él es para los pobres”, dijo Arachi Syril, un peregrino indio de Kanyakumari que acudió a la plaza para la misa. “Odiaba el sistema de castas, aún existe, pero él es mártir por eso”, dijo.
También fueron canonizados César de Bus, un sacerdote francés que fundó la orden Padres de la Doctrina Cristiana y murió en 1607; Luigi Maria Palazzolo, un sacerdote italiano que cuidaba a huérfanos y murió en 1886; Giustino Maria Russolillo, sacerdote italiano que fundó una orden religiosa dedicada a promover las vocaciones religiosas y murió en 1955 y Charles de Foucauld, un misionero francés que fundó una orden religiosa dedicada a fomentar la vocación religiosa y murió en 1955. Otro de los nuevos santos era Charles de Foucauld, misionero francés que tras redescubrir su fe en la juventud, decidió vivir entre los tuareg en el desierto del Sáhara y fue asesinado en 1916.
Las cuatro monjas son Marie Rivier, que se sobrepuso a una infancia de enfermedad en Francia para convertirse en monja y fundar una orden religiosa, fallecida en 1838; Maria Francesca di Gesù Rubatto, una religiosa italiana que ayudó respectivamente a fundar una orden y murió en 1904 en Montevideo, Uruguay, y las italianas Maria di Gesù Santocanale y Domenica Mantovani, fundadoras de órdenes religiosas y fallecidas en 1923 y 1934.