Sin vida quedó Jesús Enrique Guédez Ramos (43), frente al que fue su domicilio en la vereda 7 del sector 1, urbanización Ruezga Norte, en el momento que arreglaba el vehículo el cual utilizaba para ganarse la vida como taxista y mantener a su esposa y a sus cuatro hijos pequeños.
En horas de la tarde de este martes, el hoy occiso metió gato hidráulico al carro y con la llave de cruz desmontaba el caucho delantero derecho al Daewoo Lanus blanco, placa 7A7A1TK, con el que trabajaba, pero no lo logró.
Un sujeto llegó por la parte de la calle sin ser visto por su víctima y le propinó un disparo en la cabeza que lo derribó en fracciones de segundos.
El criminal ocultó de nuevo el arma entre su vestimenta, a la altura de la cintura, y para huir lo hizo saltando un enrejado por la vereda, hasta salir a otra calle que conduce ala Intercomunal Barquisimeto-ElCují.
Isbelia Aponte, esposa, aportó el nombre del presunto homicida a una comisión policial que llegó al lugar.
Les aseguró se trata de Fraiker Galíndez, yerno tanto de ella como del taxista, casado con una de sus hijas y quien vive en el barrio San Jacinto.
Expuso que esta persona hace dos años le robó un vehículo a Guédez Ramos, sin suministrar más detalles, y agregó que le prohibió a la esposa (su hija), que los visitara, porque de lo contrario correría sangre en la familia.
Justamente el lunes, Fraiker llegó con otro sujeto cerca de la casa de los padres de su esposa a buscarla, y se quedó mirando fijamente al hoy occiso como expresándole que cumpliría la amenaza, comentó.
“Yo le estaba preparando comida al gordo cuando escuché el disparo que lo mató”, sostuvo.
Adujo que Fraiker juró hace un año cobrar venganza si su hija la visitaba.
Él la tiene encerrada y no la deja salir, hasta el celular se lo apaga para que no se comunique con nadie, puntualizó.
Tamaca
Ángel Enrique Salcedo Yépez (23), quedó identificado en el Centro Diagnóstico Integral de Tamaca, la persona a quien le quitaron la vida la madrugada de este martes, en un sector denominado San Antonio, en esa comunidad.
Más de ocho perforaciones de bala recibió la humanidad de este joven, que fue ingresado en la morgue del Hcamp por una comisión del Cicpc, subdelegación Barquisimeto.
En las primeras averiguaciones del caso la policía científica maneja el móvil de la venganza.
Fotos: Simón Alberto Orellana
