En un reciente boletín, en el que se publicaron datos obtenidos de la Encuesta del Observatorio de Universidades (ENOBU), sobre las condiciones de vida de la población universitaria en Venezuela, se reflejó la agudización de la crisis alimentaria en el sector de educación superior.
La encuesta fue realizada entre los meses de mayo y junio de 2021 y contiene
la muestra de 4.180 sujetos, distribuidos entre los 24 estados del país donde se consultó 42 universidades públicas y 22 privadas.
El boletín reflejó que la alimentación de los docentes venezolanos es precaria y desigual, y en pandemia, esta realidad se ha agravado.
“Con respecto a su variación, el 50% de ellos refirió que con respecto a 2020 su alimentación en 2021 empeoró y 45% dijo que se mantuvo igual”, informó el OBU.
En relación con la cantidad de comidas que hacen los docentes universitarios, el análisis de la ENOBU 2021 arrojó que 33% come menos de tres (03) veces al día.
Por otra parte, el observatorio se refirió a que la (des) salarización del trabajo académico ha tenido un impacto profundo en la alimentación del profesorado, que puede ser más hondo en algunos grupos de edad.
Asimismo, informaron que los profesores de mayor edad son los más afectados, pues el 35% con 60 años o más, y el 34% de 40 a 59 años comen menos de tres veces al día.
Cabe recordar que durante 2021, el salario máximo por mes de un docente universitario en el máximo escalafón de una institución pública venezolana era de 11 dólares. Mientras que la canasta alimentaria (para sostener a una familia de 5 miembros) rondaba los 341 dólares (IDAED, 2021).
Enobu, concluyó que es urgente revisar esta realidad apremiante en la comunidad universitaria. “El derecho a la alimentación debe garantizarse en condiciones de dignidad. Se espera que las personas satisfagan sus propias necesidades con su propio esfuerzo y utilizando sus propios recursos, pero el Estado tiene una gran responsabilidad para que esto se cumpla”, precisó.