Taylor Hawkins, quien durante 25 años fue el baterista de Foo Fighters y era el mejor amigo de su líder, Dave Grohl, falleció en una gira de la banda por Sudamérica. Tenía 50 años.
Por el momento se desconocen los detalles del deceso, pero el grupo dijo en un comunicado el viernes que su muerte era una “pérdida trágica y prematura”.
Foo Fighters tenía programada una actuación en un festival en Bogotá, Colombia, el viernes en la noche. El último concierto de Hawkins fue el domingo en otro festival en San Isidro, Argentina.
“Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre», señaló la banda en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter que fue enviado también por correo electrónico a reporteros. “Nuestros corazones están con su esposa, sus hijos y su familia».
Vehículos de la policía, una ambulancia y fanáticos de la banda se congregaron en el exterior del hotel del norte de Bogotá donde se cree que se alojaba.
“Era una banda con la que crecí. Esto me deja vacío», contó Juan Sebastián Anchique, de 23 años, a The Associated Press, a las puertas del hotel.
Las autoridades colombianas no realizaron comentarios sobre el deceso. La embajada de Estados Unidos en Bogotá expresó sus condolencias en un tuit.
Después de Grohl, Hawkins era el miembro más reconocible de la banda y aparecía junto al cantante en entrevistas, además de asumir un rol destacado, normalmente cómico, en los memorables videos del grupo y en su reciente película de terror cómico “Studio 666”.
Hawkins era el baterista de las giras de Alanis Morrissette hasta que se unió a Foo Fighters en 1997. Participó en los discos más destacados de la banda, incluyendo “One by One” y “On Your Honor”, y en éxitos como “My Hero” y “Best of You”.
En su libro de 2021, “The Storyteller”, Grohl dice de Hawkins que es su “hermano de otra madre, mi mejor amigo, un hombre por que el recibiría una bala».
“Al conocernos nuestro vínculo fue inmediato, y nos hemos acercado más con cada día, cada canción, cada nota que hemos tocado juntos», escribió el cantante. “Estábamos absolutamente destinados, y estoy agradecido de que nos hayamos encontrado en esta vida”.
Es la segunda vez sufre la muerte de un compañero: Grohl era el baterista de Nirvana cuando Kurt Cobain murió en 1994.
Las redes sociales se llenaron de homenajes a Hawkins el viernes en la noche.
“Que Dios te bendiga Taylor Hawkins”, escribió Tom Morello, guitarrista de Rage Against The Machine, en Twitter junto a una foto en la que aparece junto a Hawkins y al cantante de Jane’s Addiction, Perry Ferrell. “Me encantaba tu espíritu y tu imparable fuerza rockera».
“Qué talento tan increíble, que no necesitaba ser también amable y generoso y genial, pero que de todos modos lo era», tuiteó Finneas, compositor, productor y hermano de la cantante Billie Eilish. “El mundo ha sido muy afortunado de tener tus dones por el tiempo que lo hizo».
Nacido con el nombre de Oliver Taylor Hawkins en Fort Worth, Texas, en 1972, Hawkins se crió en Laguna Beach, California. Tocó con Sylvia, un pequeño del sur de California, antes de conseguir su primer gran trabajo como baterista de la cantante canadiense Sass Jordan.
En 2019, Hawkins contó a la AP que sus primeras influencias fueron Stewart Copeland de The Police, Roger Taylor de Queen y Phil Collins, de quien dijo que era “uno de mis bateristas favoritos de todos los tiempos. La gente se olvida de que era un gran baterista además de un tipo simpático vestido con suéteres en los 80, pobrecito».
Cuando a mediados de la década de 1990 pasó dos años en la banda de Morrissette, se inspiró principalmente en la forma de tocar de Stephen Perkins, de Jane’s Addiction.
“Mi batería estaba colocada como la suya, todo el set», señaló Hawkins a la AP. “En aquel momento yo aún era una especie de imitador. Hace falta tiempo para establecer tu propio estilo. No sonaba exactamente como él, yo sonaba como yo, pero era una gran, una enorme influencia».
Él y Grohl se conocieron entre bambalinas en un concierto cuando Hawkins aún estaba con Morrissette. Poco después, la banda de Grohl tuvo una vacante por la marcha de William Goldsmith. Este lo llamó y Hawkins, quien era una gran fan de Foo Fighters, aceptó de inmediato.
“No tengo miedo de decir que nuestro encuentro fortuito fue una especie de amor a primera vista, que encendió una ‘llama gemela’ musical que sigue ardiendo hasta hoy», escribió Grohl en su libro. “Juntos, nos hemos convertido en un dúo imparable, en el escenario y fuera de él, en busca de cualquier aventura que podamos encontrar».
La primera aparición de Hawkins con el grupo fue en 1997, en el video de su canción más popular, “Everlong”. Aunque no participó en la grabación original, hizo cientos de versiones épicas de ella en el clímax de los conciertos de la banda.
En otro de los momentos álgidos de sus espectáculos en vivo, Grohl se sentaba a la batería y Hawkins tomaba el micro para cantar una versión del éxito de Queen “Somebody to Love”.
“La mejor parte de ser el cantante principal de Foo Fighters solo durante una canción es que realmente tengo al mejor baterista de rock and roll del planeta Tierra», dijo Hawkins antes de la canción en un concierto en Chile el 18 de marzo. Grohl respondió diciéndole que se callase.
También coprotagonizó “Studio 666”, la película de terror cómico estrenada recientemente por el grupo en la que una fuerza demoníaca presente en una casa en la que se alojan posee a Grohl y lo convierte en un asesino. Hawkins y los otros miembros de la banda — Pat Smear, Rami Jaffee, Chris Shiflett y Nate Mendel — son asesinados uno a uno. La premisa para el filme surgió cuando trabajaban en su 10mo álbum de estudio en una casa en San Fernando Valley, Los Ángeles.
Además, tocó la batería y cantó en un proyecto personal paralelo, el trío Taylor Hawkins and the Coattail Riders. Publicaron un disco, “Get the Money”, en 2006.
A Hawkins le sobreviven su esposa Alison y sus tres hijos.