Por: Dra. Ana Carvajal, Especialista en Infectología y en Gerencia de Servicios de Salud. Co- coordinadora de la Red COVID-19 y gestación.
Dr. Saúl Peña, Especialista en Salud Pública, presidente de la Sociedad Venezolana de Salud Pública.
A propósito del reciente 10 de marzo de 2022, día del médico venezolano, felicitamos a los profesionales de salud y especialmente a los médicos (as) que han atendido y atienden a los pacientes con la COVID-19 desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizara la declaración de la pandemia el 11 de marzo de 2020, atención realizada aún en circunstancias difíciles, con escasez de personal, insumos médicos y fallas en el suministro de equipo de protección personal. Los profesionales de la salud venezolanos se caracterizan por un alto sentido de responsabilidad, mística y vocación de servicio, no relacionándose estas cualidades con los bajos salarios que perciben. En conmemoración del día del médico venezolano y en honor al Dr. José María Vargas, presentamos una pequeña revisión sobre la variante ómicron del SARSCoV-2, la cual está predominando a nivel mundial, incluyendo América Latina y Venezuela.
A dos años de la pandemia de la COVID-19, los casos confirmados sobrepasan los 451 millones y los fallecidos se contabilizan en 6,045,588.
Es la tercera pandemia con mayor número de casos y fallecidos en los últimos 100 años, después de la pandemia de la influenza de 1918 y de la pandemia por el VIH (1981 en adelante).
Cuando se pensaba que la pandemia de la COVID -19 comenzaría su declive, surge una nueva variante del SARS-CoV, como es la ómicron, responsable de un incremento de casos sin precedentes en relación a los descritos previamente.
La variante ómicron del SARS-CoV-2 supone un desafío para los investigadores y científicos, quienes han tenido que desentrañar los mecanismos fisiopatológicos de esta nueva variante, igualmente los epidemiólogos y especialistas de salud pública se enfrentan a una variante con mayor transmisibilidad y por ende mayor impacto en la población, en la sociedad y en las Instituciones de salud.
Por otro lado, los clínicos han observado nuevos síntomas asociados a esta variante, menor respuesta a algunos tratamientos y menor protección de las vacunas, entre otros.
Sin duda, las lecciones aprendidas sobre la enfermedad y la pandemia covid-19 en estos dos años se traducen en una mejor preparación para enfrentar este nuevo reto.
Algunas pinceladas de la distribución de la COVID-19
En la figura 1, observamos la distribución geográfica de los casos de covid-19 a nivel mundial.
En América Latina las mayores tasas se registran en Uruguay y Chile. Igualmente se observan tasas elevadas en algunos países de Europa, Asia y Australia.
Cuando surge una nueva variante, rápidamente desplaza o sustituye a sus predecesoras, tal como ha ocurrido con la ómicron la cual ha desplazado a la variante delta.
Actualmente muchos países están experimentando su cuarta o quinta ola, con incremento importante de millones de casos a nivel mundial.
Se han descrito 4 sublinajes diferentes para la VOC Ómicron, denominados BA.1, BA.1.1, BA.2 y BA.3.
A nivel global, y en la Región de las Américas, el sublinaje BA.1 es predominante, es prevalente en la mayoría de los países, incluyendo las Américas y el Reino Unido.
El sub linaje BA.2 de ómicron, es responsable del aumento de casos en países como Dinamarca, India y China. Este sublinaje, contiene las mutaciones de BA.1, más 6 mutaciones adicionales y 3 deleciones, 3 de las cuales se encuentran en el dominio de unión al receptor (RBD), se estima que debido a su alta transmisibilidad pronto será el sub linaje predominante.
En Venezuela, de acuerdo a los estudios realizados en el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (IHRR) y el Instituto venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) , la variante ómicron del SARS-CoV-2 predomina el país.
El SARS-CoV-2 y sus variantes
Los virus tienen la capacidad de sufrir mutaciones o cambios en su genoma y otras estructuras, las cuales le confieren ciertas características.
Las mutaciones del SARS-CoV-2 se presentan principalmente en la espícula o espiga, que es la parte del virus que se une al receptor ACE-2 de las células.
Estos receptores se encuentran en todos los tejidos, lo que explica el carácter sistémico de la enfermedad y el compromiso de varios órganos.
Durante toda la pandemia se han descrito varias mutaciones en el SARS-CoV-2 las cuales se han detectado en diferentes países; en mayo de 2021 la OMS propuso la nomenclatura como variantes de preocupación (VOC) y variantes de interés (VOI) para la clasificación de variantes emergentes del SARS-CoV-
Esta clasificación se realiza con base en su transmisibilidad, virulencia, escape a la acción de los anticuerpos vacunales, respuesta al tratamiento y capacidad de ser detectada con las pruebas diagnósticas habituales.
Así mismo la OMS recomendó que sean denominadas por letras griegas para una mejor comprensión y no estigmatización relacionada con el país donde fue detectada por primera vez.
Según la OMS, la variante de interés (en inglés Variants of Interest VOI), contiene los cambios genéticos que posiblemente podrían estar relacionados con una mayor transmisibilidad, evasión inmunológica o diagnóstica, gravedad de la enfermedad, identificada como causa de transmisión comunitaria significativa y una mayor prevalencia, lo cual se traduce en mayor impacto epidemiológico.
Por otro lado, una variante de preocupación (en inglés variant of concern, VOC) es una variante que cumple con todos los requisitos de VOI; pero presenta una amenaza de mayor transmisibilidad, impacto en la epidemiología con incremento exponencial del número de casos, mayor virulencia o variabilidad en presentación clínica y disminución de las intervenciones diagnósticas, terapéuticas y vacunales.
En esta categoría entran las variantes gamma, beta, delta, y la más recientemente descrita la ómicron.
Por otro lado, los expertos en colaboración con el “Grupo Consultivo Técnico de la OMS sobre la Evolución de los Virus”, puede reclasificar una variante del SARSCoV-2 que se haya considerado anteriormente como preocupante o de interés si se demuestra de forma concluyente que no conlleva riesgos importantes en la salud pública mundial.
En relación la variante ómicron del SARS-CoV-2, el 24 de noviembre del 2021, Sudáfrica notificó a la OMS que había identificado una variante nueva del COVID19, la B.1.1.529, detectada por primera vez en muestras obtenidas el 11 de noviembre del 2021 en Botsuana.
El 14 de noviembre del 2021 en Sudáfrica. Investigadores en Botswana y Sudáfrica fueron los primeros en revelar la composición genética de ómicron. Su análisis reveló más de 60 mutaciones, incluidos 42 cambios solo en la proteína espiga o de pico de la estructura de la superficie del virus, 15 de los cuales están dentro del dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína espiga, que inicia el ingreso a la célula y puede ayudar a evadir las defensas de los anticuerpos.
La ómicron no se replica productivamente en células alveolares de tipo 2 humanas y no usa eficientemente el correceptor de serina proteasa (TMPRSS2) para ingresar o propagarse a través de la fusión célula-célula.
Los estudios muestran que ómicron tiene un tropismo y uso de la proteasa alterados, lo que podría explicar su mayor transmisibilidad y menor patogenicidad.
Fue clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como variante de preocupación (VOC), se transmite tres veces más que la variante delta, de modo, que es más contagiosa , aunque menos virulenta que la delta.
El sublinaje BA.2 de ómicron, pudiera estar asociado a mayor gravedad cual según los estudios realizados-
Manifestaciones clínicas relacionadas con la ómicron
Ómicron tiende a afectar el tracto respiratorio superior más que las variantes anteriores. Eso podría explicar por qué en algunos casos causa una enfermedad más leve, y por eso las personas podrían estar experimentando más secreción nasal que con las variantes anteriores y menos dificultad para respirar
Los síntomas en las personas que experimentan enfermedad leve a moderada por la variante ómicron son algo diferentes.
La mayoría presentan rinorrea, odinofagia, tupición nasal (estos síntomas eran infrecuentes o ausentes con las variantes anteriores), tos seca, carraspera en la garganta, fiebre, malestar general, debilidad, diarrea.
Anosmia y ageusia se presentan en menor proporción.
El cuadro clínico dura aproximadamente cinco días a siete días en la mayoría de las personas.
Los casos graves y fallecimientos, se presentan en mayor proporción en personas no vacunados o con esquemas de vacunación incompletas, personas de la tercera edad y las que presentan comorbilidades o factores de riesgo que las hacen vulnerables: obesidad, hipertensión arterial diabetes mellitus, enfermedades cardiopulmonares, enfermedad renal, neoplasia, inmunosupresión de cualquier tipo y embarazo, entre otro
Un estudio realizado evidenció que las tasas de infección por ómicron fueron más altas en los vacunados, incluidas las que recibieron vacunas de refuerzo, pero las admisiones, los cuidados en la UCI y la mortalidad fueron significativamente menores.
Durante el período ómicron, una investigación realizada en el Sur de Suecia, evidenció que el riesgo de la COVID-19 grave se mantuvo alto entre los casos de ambos sexos sin infección previa y no vacunados en el grupo de edad de 65 años o más, y también entre los hombres en el grupo de edad de 40 a 64 años con dos o más comorbilidades.
El riesgo de COVID-19 grave entre los casos vacunados menores de 65 años fue bajo para ambos sexos, incluso en presencia de comorbilidades.
El riesgo de COVID-19 grave se mantuvo elevado entre los casos vacunados de 65 años o más durante ómicron, solo en presencia de al menos una comorbilidad en los hombres o al menos dos comorbilidades en las mujeres.
Todavía se desconoce el impacto de ómicron en el long COVID o COVID persistente.
Los expertos señalan que COVID-19 moderado puede causar síntomas persistentes.
Señalan que se necesitan estudios y tiempo para ver el impacto de esta variante. El Dr. Jason Maley, director de la clínica de “ COVID prolongado” del Beth Israel Deaconess Medical Center señaló al respecto: “Debido a que hay tantas personas infectadas con ómicron, esperamos que esos casos, desafortunadamente, conduzcan a más casos de covid prolongado”.
¿Cómo es la respuesta de la Ómicron en relación al tratamiento disponible?
Cuando surge una variante de preocupación, la respuesta al tratamiento con los fármacos disponibles empieza a ser evaluada.
La variante B.1 de ómicron evade la neutralización por los anticuerpos monoclonales terapéuticos de (casirivimab e imdevimab) , mientras que Sotrovimab y el cóctel de anticuerpos monoclonales (tixagevimab and cilgavimab) retienen actividad neutralizante significativa.
Los estudios han evidenciado que ómicron B.2 no es neutralizado por ninguno de los anticuerpos monoclonales terapéuticos mencionados anteriormente, limitando esta estrategia de tratamiento.
Las recomendaciones de los antivirales y otras estrategias de tratamiento para la covid-19 por la variante ómicron son similares a las que se indican en las diferentes etapas de la enfermedad producida por otras variantes descritas previamente.
¿Las vacunas protegen contra la variante ómicron?
Algunos estudios han evidenciado menor protección de las vacunas en relación con las variantes de preocupación. Los datos preliminares del Imperial College of London demuestran que la variante ómicron es capaz de evadir en gran medida la inmunidad de infecciones pasadas o dosis de vacunas.
En ausencia de vacunas actualizadas dirigidas específicamente a la forma mutante del virus, el refuerzo o booster podría ser eficaz para ayudar al sistema inmunitario a reconocer la variante.
La protección de las vacunas sigue siendo importante para proteger a las personas de enfermedad grave, ingresos en las terapias intensivas y fallecimientos.
Un estudio reciente realizado en Estados Unidos, durante la ola por la variante ómicron, demuestra que la efectividad de la vacuna Pfizer, contra la hospitalización fue del 91 % durante los primeros dos meses después de una tercera dosis y se mantuvo alta, en un 78 %, cuatro o más meses después de la tercera dosis.
¿Qué hay de nuevo en las medidas preventivas?
El SARS-CoV-2 entra a nuestro organismo principalmente por la vía respiratoria, a través de las gotas de saliva y aerosoles, expulsados por las personas infectadas al hablar, toser o estornudar.
Son los aerosoles la principal vía de transmisión de este virus, de allí la importancia de usar las mascarillas, evitar aglomeraciones y espacios cerrados o poco ventilados.
En relación a las medidas preventivas para protegerse de la variante ómicron, se recomienda usar la mascarilla KN95 en las personas vulnerables, sobre todo, en los espacios cerrados y poco ventilados.
No obstante, a pesar de ser la variante más transmisible y causado millones de casos; Estados Unidos, varios países de la Unión Europea y de América Latina, han recomendado la eliminación o suspensión de ciertas medidas preventivas relacionadas con la covid-19, como el uso de las mascarillas, inicialmente en los espacios abiertos y paulatinamente en los espacios cerrados.
Recientemente Dinamarca y el Reino Unido han suspendido todos los controles o medidas preventivas para evitar la COVID-19.
Dinamarca experimentó un incremento de casos posterior a la suspensión de las restricciones, luego comenzaron a disminuir en un 50 %, pero las muertes continúan en aumento.
El CDC de Estados Unidos, ha catalogado a ese país de riesgo muy alto para la COVID-19.
Conclusiones y recomendaciones
Se desconoce si ómicron es la última variante del SARS-CoV-2. Todo indica que no es así, y es muy probable que surjan nuevas variantes porque el virus sigue circulando ampliamente, debido principalmente a la ocurrencia de la infección en los no vacunados o vacunados parcialmente y a la presencia del virus en reservorios animales.
La mayoría de las personas presentan enfermedad leve a moderada, los casos graves se presentan en no vacunados o con esquemas incompletos y presencia de comorbilidades y otras condiciones de riesgo.
Se recomienda mantener la vigilancia para detectar precozmente las nuevas mutaciones del SARSCoV-2 y sus implicaciones desde el punto de vista epidemiológico, diagnóstico, clínica y tratamiento.
Recomendamos continuar con las medidas preventivas, especialmente en las personas vulnerables.
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