Las organizaciones sindicales y gremiales apoyaron la jornada de protesta contra la pensión, que están recibiendo las personas de la tercera edad, así como los jubilados de los organismos oficiales, porque el Estado venezolano está incurriendo en la más grave violación de la Constitución, por cuanto el monto es tan miserable que no alcanza para comprar nada que sirva para sustentar a las personas un solo día.
Así lo declaró José González, dirigente regional de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y presidente de la comisión electoral de esta central sindical en Lara.
En esa jornada, que tuvo lugar en todo el país, se reclamó el cumplimiento del artículo 91 de la Constitución, el cual reza que todos los trabajadores, sean hombres o mujeres, tienen el derecho de recibir un salario suficiente, que permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas naturales, sociales e intelectuales.
Esto quiere decir que, aparte de que alcance para comprar los alimentos, también permite el disfrute del tiempo libre con sus familiares y, además, que sus hijos puedan estudiar y prepararse para el futuro.
Actualmente, el salario que Nicolás Maduro ha anunciado, pero que todavía no ha aparecido en Gaceta Oficial, sigue siendo insuficiente porque está muy por debajo del alto costo de la vida, ya que los precios de los comestibles aumentan día a día.
Al mismo tiempo condenamos la política hambreadores de este régimen al haber impuesto las dádivas con el mal llamado carnet de la patria.
Es una bofetada a los trabajadores que sean sometidos a tener ese carnet para recibir unos bonos, que tampoco resuelven necesidades por el monto que representan, ya que igualmente son miserables.
Antes, en lo que este régimen ha llamado despectivamente la cuarta república, los trabajadores podían retirarse de una empresa para incorporarse a otra que le ofreciera mejores sueldos y beneficios sociales, refirió. Eso se acabó.
El régimen también puso fin a las discusiones contractuales entre los trabajadores, el patrón y el Estado, dijo. Éste actuaba como mediador y para que se cumplieran las cláusulas de los contratos en la forma en que se habían suscrito.
En este régimen, los sindicatos han sido sustituidos por grupos de activistas que hacen lo que les ordenan los funcionarios y, por tanto, se han perdido las reivindicaciones logradas a través de muchos años de lucha.
Ya son contadas las pocas empresas que a duras penas pueden funcionar, porque las principales que existían cerraron, se fueron o quebraron por las malas políticas implementadas. En consecuencia, quedaron cesantes los trabajadores que sólo han tenido como destino la economía informal, en la cual apenas se puede sobrevivir. O, en la mayoría de los casos, irse de Venezuela a otros países, dejando a sus hijos al cuidado de familiares.
Es por ese motivo y muchos otros que las organizaciones sindicales y gremiales apoyamos el movimiento de los pensionados y jubilados porque están ejerciendo el derecho que les da la propia Constitución, manifestó González. La gente estuvo el miércoles en la calle en la forma más democrática, pacífica y civilizada, exponiendo con pancartas su situación. Y seguirá haciéndolo porque se ha cansado de estar sufriendo silenciosamente.