Este miércoles se registran nuevos esfuerzos para evacuar a civiles de ciudades ucranianas asediadas y bombardeadas, mientras las autoridades intentan rescatar a la gente de circunstancias cada vez más duras. Hace días que los bombardeos han aislado en gran parte a los residentes del puerto sureño de Mariúpol.
Las autoridades anunciaron otro cese el fuego durante el día en varias rutas de evacuación desde Sumy; Mariúpol; Energodar, en el sur; Volnovaja, en el sureste; Izium, en el este, y varias poblaciones en la región de Kiev, la capital.
Intentos anteriores de establecer rutas de evacuación seguras para salir de zonas urbanas han fracasado debido a ataques de fuerzas rusas, y había pocos detalles sobre las operaciones del miércoles. Pero en la capital sonaron varias veces las sirenas antiáereas y se oyeron explosiones, lo que aumentó la tensión en la conmocionada ciudad.
La ciudad de Mariúpol, donde casi la mitad de sus 430.000 habitantes quiere marcharse, lleva días rodeada por soldados rusos. Hay cadáveres tendidos en las calles de la ciudad y los hambrientos irrumpen en las tiendas en busca de comida y derriten la nieve para obtener agua. Miles de personas se apiñan en los sótanos, temblando por el estruendo de los proyectiles rusos que asedian esta estratégica ciudad en el Mar de Azov.
“¿Por qué no debería llorar?” preguntó Goma Janna mientras se lamentaba bajo tierra a la luz de una lámpara de aceite, rodeada de mujeres y niños. “Quiero mi casa, quiero mi trabajo. Estoy muy triste por la gente y por la ciudad, por los niños”.
Se cree que miles de personas han muerto en todo el país, tanto civiles como soldados, desde que las fuerzas del presidente, Vladimir Putin, comenzaron la invasión. Más de dos millones de personas han huido de Ucrania desde el inicio de la ofensiva, según Naciones Unidas, en el éxodo más rápido en Europa desde la II Guerra Mundial.
Es probable que la crisis vaya a peor conforme las fuerzas rusas aumentan su bombardeo de ciudades en todo el país en respuesta a una resistencia mayor de lo esperado de las fuerzas ucranianas. Las dificultades rusas han “superado por mucho” lo que esperaban Putin y sus generales, según dijo el martes el director de la CIA, William Burns.
Un aumento de la ofensiva rusa podría suponer “unas pocas semanas feas”, dijo Burns ante un comité del congreso, advirtiendo que probablemente Putin “aplastará al ejército ucraniano sin reparos por las bajas civiles”.
El ministro británico de Defensa dijo el miércoles que los combates continuaban al noroeste de Kiev. Las ciudades de Járkov, Chernígov, Sumy y Mariúpol estaban bajo un intenso fuego de proyectiles y seguían cercadas por fuerzas rusas.
En la ciudad norteña de Chernígov, las fuerzas rusas colocaban equipamiento militar junto a edificios residenciales y granjas, según dijo en un comunicado el Estado Mayor ucraniano. En el sur, añadió, rusos vestidos de civiles avanzaban sobre la ciudad de Mykolaiv, una ciudad con astilleros en el Mar Negro donde vive medio millón de personas.
El Estado Mayor ucraniano indicó que reforzaba sus defensas en ciudades en el norte, sur y este, y que las fuerzas en torno a Kiev, la capital, resistían a la ofensiva rusa con ataques no especificados y “manteniendo la línea”.
La resistencia es mayor de lo que muchos esperaban, y países occidentales trataban ahora de reforzarla. El presidente de Ucrania ha pedido varias veces aviones de combate para hacer frente a la considerable potencia aérea rusa, pero los países occidentales no se han puesto de acuerdo sobre la mejor forma de hacerlo, entre temores de que eso pueda aumentar el riesgo a una guerra más allá de Ucrania.
Polonia ofreció el martes por la noche ceder a Estados Unidos 28 cazas MiG-29 para que los utilice Ucrania. Funcionarios estadounidenses dijeron que esa propuesta no era “factible”, pero indicaron que continuarían las consultas con Polonia y otros aliados de la OTAN.
Además de apoyo material a Ucrania, los países occidentales intentaban presionar a Rusia a través de una serie de duras sanciones. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, subió la presión el martes al anunciar que vetaría todas las importaciones de petróleo ruso, aunque eso supusiera un aumento de los precios para los estadounidenses.
Las exportaciones de energía han mantenido un flujo constante de efectivo a Rusia pese a otras restricciones que han apartado en gran parte a su economía del resto del mundo.
Esas medidas no han frenado el conflicto por ahora.
Una serie de alertas antiaéreas instó el miércoles por la mañana a los vecinos de Kiev a correr a refugios lo más rápido posible por temor a misiles rusos. Reporteros de Associated Press oyeron explosiones más tarde.
Las alertas antiaéreas son habituales, aunque irregulares, y mantienen a la gente en vilo. Kiev lleva varios días relativamente tranquila, aunque la artillería rusa ha castigado las afueras de la ciudad.
En esas zonas cercanas, policías y soldados ayudaban a ancianos a salir de sus casas el martes. Una multitud abarrotaba la zona bajo un puente destruido antes de cruzar un río por unos tablones resbaladizos de madera para tratar de escapar Irpin, una población de 60.000 habitantes que ha sido blanco de los proyectiles rusos.
El jefe del gobierno regional, Oleksiy Kuleba, dijo que la situación de los civiles estaba empeorando en la capital, especialmente en los suburbios.
“Rusia está creando de forma artificial una crisis humanitaria en la región de Kiev, frustra la evacuación de gente y sigue bombardeando y atacando pequeñas poblaciones”, dijo Kuleba.
Durante días, mientras las fuerzas de Moscú asediaban ciudades ucranianas, los intentos de establecer corredores seguros para evacuar a los civiles se han visto frustrados por los combates.
Una operación de evacuación parecía haber tenido éxito el martes. Según las autoridades ucranianas, 5.000 personas, incluidos 1.700 estudiantes extranjeros, pudieron escapar de Sumy, una castigada ciudad nororiental de un cuarto millón de personas.
Estaba previsto que esa ruta reabriera el miércoles durante 12 horas. Los autobuses que habían llevado a la gente al suroeste, a la ciudad de Poltava, regresaban para recoger más refugiados, según el jefe del gobierno regional, Dmytro Zhyvytskyy.
Se dio prioridad a mujeres embarazadas, mujeres con niños, ancianos y discapacitados.
En el sur, las tropas rusas se han adentrado mucho junto a la costa ucraniana y podrían establecer una conexión por tierra con Crimea, que Moscú se anexionó de Ucrania en 2014.
Eso ha dejado Mariúpol rodeada por fuerzas rusas.
Un intento de evacuar a los civiles y entregar alimentos, agua y medicamentos que se necesitan con urgencia a través de un corredor seguro fracasó. Las autoridades ucranianas dijeron que fuerzas rusas habían disparado sobre el convoy antes de que llegara a la ciudad.