«Django desencadenado» se queda con Óscar a Mejor guión original

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Criticada hasta el hartazgo por su violencia innecesaria y sus vocablos políticamente incorrectos, «Django desencadenado», de Quentin Tarantino, se alzó este domingo con el Óscar a Mejor guión original.

Tarantino, ganador en 1995 de un Óscar a Mejor guión original por «Pulp Fiction», se ha convertido en un género en sí mismo, con filmes como «Reservoir Dogs» (Perros de la calle, 1992), «Kill Bill» (2003) e «Inglourious Basterds» (2009), que han cosechado una sólida base de fans.

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«Django desencadenado», un homenaje a las películas del legendario «spaghetti western» de los años 1960, con el tema de la esclavitud y el sello Tarantino, ganó dos de los cinco Óscar a que aspiraba: Mejor guión original y Mejor actor de reparto para el austríaco Christoph Waltz.

Waltz ya había triunfado en esta misma categoría en la entrega de los Óscar de 2010 gracias a «Inglourious Basterds» (Malditos bastardos, en España, y Bastardos sin gloria, en Latinoamérica).

Al agradecer el premio el domingo en el Teatro Dolby de Hollywood, Tarantino elogió la actuación de sus actores.

«Creo realmente que si la gente se acuerda de mis películas dentro de 30 o 50 años, será gracias a mis personajes (…). Debo escoger a las buenas personas para hacer vivir a estos personajes y hacerlos vivir por mucho tiempo», aseguró.

En «Django desencadenado», Tarantino cuenta la historia de un esclavo (Jamie Foxx) que, luego de ser puesto en libertad por el cazador de recompensas King Schultz (Waltz), emprende una sangrienta venganza en la plantación del terrateniente Candie (Leonardo DiCaprio) para recuperar a su esposa esclava.

Waltz se roba el show desde la escena inicial de la película, que imagina una reivindicación esclava poco antes de la Guerra Civil estadounidense.

La película desató enérgicas protestas, tanto por su contenido violento como por su representación de la esclavitud.

«El director se enreda, como es su costumbre, en un apocalipsis de sangre», escribió The New York Times.

También el director Spike Lee arremetió contra Tarantino, aún desde antes del estreno en diciembre, al afirmar que no vería un filme que consideraba insultante por el excesivo uso de la palabra «negro», que en inglés es un vocablo muy fuerte.

«La esclavitud en Estados Unidos no fue un ‘spaghetti western’ de Sergio Leone. Fue un holocausto», dijo el director afroestadounidense.

Tarantino respondió a esas críticas en una entrevista reciente a la radio NPR: «Lo que sucedió durante los tiempos de la esclavitud es mil veces peor de lo que muestro (…) Si yo hubiera mostrado algo mil veces peor, para mí, eso no habría sido insultante. Habría sido lo que fue».

El mes pasado, un fabricante de juguetes que había producido muñecos de «Django desencadenado» debió descontinuar la línea tras protestas de grupos de derechos civiles, y el sitio de subastas eBay se sumó poco después al prohibir su reventa tras considerarlos racialmente ofensivos.

Como sea, a pesar de las críticas, o tal vez gracias a ellas, la cinta fue bien recibida por el público: tras costos de producción de 100 millones de dólares, ha recaudado en las taquillas de todo el mundo cerca de 350 millones.

 

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