Con la llegada de la pandemia, permanecer en casa para evitar la propagación del COVID-19, llevó a la necesidad de estar conectados a distancia a través de medios electrónicos; y con ello, a que los sentidos de la vista y el oído se volvieran más vulnerables ante la exposición de video llamadas, clases y conferencias virtuales, entre otras.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que los confinamientos pusieron de relieve la importancia del cuidado del oído y la audición (COA). Estima que para el año 2050, casi 2.500 millones de personas tendrán una pérdida auditiva. Por esa razón, todos los años, y desde este 3 de marzo, Día Internacional de la Audición, se realizarán campañas para concientizar a las personas sobre esta patología, bajo el lema: “Para oír de Por vida ¡Escucha con Cuidado!”
La doctora Aiza Ibedaca, otorrinolaringóloga del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), señala que hay factores genéticos importantes con respecto a la pérdida auditiva que tal vez no se pueden manejar, pero hay otras causas que sí pueden ser prevenidas. Algunas de estas son los procesos perinatales de riesgo como: el bajo peso al nacer, hipoxias perinatales, meningitis, traumatismos craneoencefálicos o directamente al oído, y el no cumplimiento de los esquemas de vacunación internacionales, lo que incrementa las posibilidades de sufrir de parotiditis, sarampión o rubeola, entre otras enfermedades infecciosas.
De acuerdo al reciente informe de la OMS, de 100 infantes que tuvieron pérdidas auditivas, 60 casos pudieron ser evitados con un control a tiempo. De allí que, el chequeo a temprana edad es clave en la vida de los seres humanos, pues es cuando se desarrolla el lenguaje.
Ibedaca señala que “la posibilidad de que un niño tenga dificultades auditivas trae como consecuencia que sea considerado con déficit cognitivo, cuando no es así. Hay padres que consultan a los psicólogos porque sus hijos son retraídos, van mal en el colegio o no tienen un rendimiento escolar satisfactorio y es ahí donde se determina que el problema del infante no es déficit de atención, sino de audición”.
Por esta razón, la especialista indica que la detección es el primer paso, e insta al abordaje en edad preescolar e incluso en edad lactante, cuando sus familiares en casa o educadores en colegios observen que aún no se han desarrollado actitudes o interacciones propias de esa edad.
Asimismo, recomienda mantener el volumen bajo, limitar el tiempo dedicado a actividades ruidosas, proteger los oídos de los sonidos fuertes y evaluar su audición a través de aplicaciones gratuitas como HearWho, para dispositivos móviles, que permite a las personas controlar su audición con regularidad y actuar de forma temprana en caso de pérdida auditiva; recordando siempre el control y chequeo con un especialista.
Intervención quirúrgica en pacientes con déficit auditivo
Hay casos que tienen solución quirúrgica y son diagnosticados a través del examen físico por parte del otorrino, con el apoyo de la audiometría y exámenes radiológicos si fuese necesario; procedimientos que se realizan en las instalaciones del GMSP. Por ejemplo, la otosclerosis es una enfermedad que genera una pérdida auditiva importante unilateral o bilateral, con excelente resultado posterior a la cirugía.
La doctora Ibedaca refiere que, en la actualidad los pacientes pueden mejorar su capacidad auditiva a través de implantes cocleares, un pequeño dispositivo electrónico que se coloca debajo de la piel a través de una cirugía. Consta de un micrófono, un procesador del habla, un transmisor y receptor, así como un conjunto de electrodos, que recogen los impulsos del estimulador y los envían a diferentes regiones del nervio auditivo.
“En el caso de los niños hay procedimientos que van desde lo más sencillo, como la colocación de un tubo de ventilación en aquellos que tienen líquido en los oídos y escuchan como si estuvieran bajo una piscina; a reconstruir la cadena de huesecillos dentro de la caja del tímpano”, apunta la especialista.
Tecnología de vanguardia
El GMSP cuenta con un microscopio de alta tecnología, con lentes específicos para la cirugía de oídos y con el cual se han apuntalado los procedimientos de otología y neurocirugías. Al respecto, Ibedaca señala que la nitidez de la imagen y la visualización mejorada en 3D que se percibe a través de este instrumento, permite identificar mejor las estructuras anatómicas pequeñas y delicadas del oído. “Esto nos da magníficos resultados y precisión, debido a la calidad de su imagen y a que es manipulado por profesionales experimentados”.
Es importante señalar que la clínica dispone de ocho salas de cirugía completamente equipadas, que la colocan, a juicio de los propios médicos especialistas, como una de las mejores infraestructuras sanitarias del país, líder en tecnología de punta.
A ello se le suma la disponibilidad inmediata de estudios de imagenología y de laboratorio, las 24 horas del día, y los 365 días del año.