El segundo intento de evacuar una ciudad del sur de Ucrania fracasó debido al insistente cañoneo de las fuerzas rusas, informó el domingo un funcionario ucraniano.
Las evacuaciones del puerto de Mariupol iban a comenzar al mediodía hora local (1000 GMT) durante una tregua que se iba a dar entre las 10 a.m. y las 9 p.m., habían dicho anteriormente autoridades ucranianas.
Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, dijo que las evacuaciones en corredores humanitarios designados fueron suspendidas debido a los cañoneos.
“No puede haber corredores humanitarios porque solo los cerebros enfermos de los rusos deciden cuándo disparar y contra quién”, escribió Gerashchenko en Telegram.
Otro intento de evacuación, en Volnovakha, fracasó el domingo, también por los cañoneos y bombardeos de los rusos.
Por otra parte, el servicio de seguridad de Ucrania indicó que las fuerzas rusas están disparando cohetes contra un instituto de física en la ciudad Járkiv, donde hay materiales nucleares y un reactor.
El servicio de seguridad afirmó que un ataque contra la instalación nuclear podría provocar “un desastre ecológico de gran magnitud”.
En un mensaje en Facebook el domingo , el servicio indicó que los rusos están usando plataformas de misiles Grad. Esos misiles no tienen buena puntería, lo que suscita temores de que uno dé en el lugar equivocado.
El presidente ucraniano Voldymyr Zelenskyy reiteró su pedido de que la comunidad internacional imponga una zona de prohibición de vuelos sobre Ucrania. La OTAN hasta ahora ha descartado esa posibilidad por temor a que ello la arrastre a la guerra.
“El mundo tiene la fuerza para cerrar nuestros cielor”, expresó Zelenskyy en un mensaje grabado por video.
El presidente ruso Vladimir Putin advirtió el sábado que una declaración de cerrar el espacio aéreo ucraniano sería considerada un acto hostil.
Mientras tanto, se intensificaba la presión económica sobre Moscú y los diplomáticos viajaban por Europa en un intento de poner fin a la guerra.
El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, y un miembro rusófono de su gobierno viajaran a Moscú y hablaran con el presidente de Ucrania con la esperanza de mediar un acuerdo más amplio para detener los combates, que ya están en su undécimo día.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pasó el fin de semana visitando estados miembros de la OTAN en el este de Europa, a los que han llegado 1,5 millones de refugiados desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero. El responsable de la agencia de refugiados de Naciones Unidas describió el éxodo como «la crisis de refugiados de mayor crecimiento en Europa desde la II Guerra Mundial”.
Mientras las fuerzas rusas rodeaban varias ciudades ucranianas y mantenían una columna de vehículos fuera de la capital, Kiev, Zelenskyy apareció en televisión el sábado por la noche vestido con lo que se ha convertido en su habitual camiseta verde militar y llamó a su gente a mantener el desafío.
“Ucranianos en todas nuestras ciudades en las que ha entrado el enemigo: ¡vayan al ataque!”, dijo Zelenskyy. “¡Deben tomar las calles! ¡Deben pelear! (…) Es necesario salir y expulsar este mal de nuestras ciudades, de nuestra tierra”.
Tras el fracaso del cese el fuego en Mariúpol, las fuerzas rusas intensificaron su bombardeo sobre la ciudad y arrojaron grandes bombas sobre zonas residenciales de Chernihiv, una ciudad al norte de Kiev, según las autoridades ucranianas.
En Mariúpol, madres desoladas lloraban por sus hijos asesinados, soldados heridos eran atendidos con torniquetes y médicos trabajaban bajo la luz de sus celulares mientras se extendían la desesperanza y la desesperación.
“La ciudad se encuentra en un estado de sitio muy, muy difícil”, dijo el alcalde, Vadym Boychenko, a la televisión ucraniana. “Prosigue el implacable fuego de artillería contra manzanas residenciales, los aviones han arrojado bombas contra zonas residenciales. Las fuerzas de ocupación rusas utilizan artillería pesada, incluidos lanzadores múltiples de cohetes Grad”.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, atribuyó a Ucrania la responsabilidad por la situación y advirtió que la resistencia del país desde que Rusia invadió a su vecino exsoviético el 24 de febrero está poniendo en peligro el futuro del país como nación.
“Si continúan haciendo lo que están haciendo, están poniendo en duda el futuro del Estado ucraniano”, agregó. “Y si esto sucede, recaerá totalmente en su conciencia”.
El mandatario también arremetió contra las sanciones occidentales que han golpeado a la economía de Rusia y hundido la cotización del rublo, y dijo que equivalían a “declarar la guerra”.
La Organización Mundial de la Salud condenó el domingo los ataques contra trabajadores de salud en Ucrania y dijo haber verificado seis incidentes, en los que seis personas murieron y 11 resultaron heridas.
Los ataques contra trabajadores de salud incumplen del derecho internacional, indicó en Twitter el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Las autoridades militares británicas compararon el domingo las estrategias de Rusia en Ucrania con las empleadas en Chechenia y Siria, donde ciudades asediadas se vieron castigadas por ataques aéreos y artillería después de que las fuerzas rusas encontraran una resistencia inesperada.
La fuerza de la resistencia ucraniana seguía sorprendiendo a las fuerzas rusas, que respondió atacando zonas pobladas como las ciudades de Járkiv, Chernihiv y Mariúpol, según el reporte diario de inteligencia del Ministerio británico de Defensa.
“Probablemente esto supone un esfuerzo de romper la moral ucraniana”, indicó el Ministerio. “Rusia ha empleado tácticas similares en Chechenia en 1999 y Siria en 2016, empleando munición tanto aérea como de tierra”.
La cifra de muertos del conflicto ha sido difícil de medir. La oficina de derechos humanos de Naciones Unidas dijo que se había confirmado la muerte de al menos 351 civiles desde la invasión del 24 de febrero, pero que el número real probablemente sea mucho mayor. Las autoridades rusas y ucranianas de defensa no han dado información sobre sus bajas militares.