#OPINIÓN 24 de febrero de 2022: “Porque me da la gana” #2Mar

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“Pero debe quedar claro al mundo que ese apoyo no implica el apoyo de todos los venezolanos, sino la demostración de la complicidad de un ínfimo número de individuos de demostrada deslealtad a su nación que también –al igual que lo dije antes- decidieron apartarse del Derecho Internacional, desasociarse de la comunidad internacional, afirmar su vocación guerrera y expansionista, desconocer sus obligaciones para con el resto del mundo, incumplir sus funciones y que también decidieron convertirse al lado oscuro y más peligroso de la Humanidad”.

Escribo estas líneas con sentimientos muy encontrados, con indignación, con preocupación y con impotencia. Seré muy breve ya que mi ignorancia en estos temas de geopolítica, guerras, armas, fronteras, conflictos entre grupos humanos y la misma historia del área del actual teatro bélico en Europa Oriental, me impide opinar con fundamentos.

Pero, como ciudadano americano y europeo que está recibiendo cientos de contenidos por vía telemática, sí puedo llegar a ciertas conclusiones directas e indirectas.

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El 24 de febrero de 2022, la Federación de Rusia se labró su propia reputación. Quizás en tiempos pasados podría ser que algunos vieran a Rusia con simpatía y esperanza en sus supuestos esfuerzos para acercarse a Europa y – como ellos nos llaman- a Occidente. Quizás hasta habría algunos que apoyaban los reclamos rusos cuando se quejaban de que los medios de comunicación “occidentales” promovían opiniones negativas (“rusofóbicas” las llaman) de Rusia y de su pueblo. Hoy, pasados ya cinco días de enfrentamientos en Ucrania, Rusia y los rusos –unos por acción y otros por omisión- decidieron apartarse del Derecho Internacional, desasociarse de la comunidad internacional, afirmar su vocación guerrera y expansionista, desconocer sus obligaciones para con el resto del mundo, incumplir sus funciones y tomaron la decisión de convertirse en el lado oscuro y más peligroso de la Humanidad.

Pero el juicio que pesa sobre los mandos militares rusos y el gobierno de la Federación de Rusia tiene otra connotación ya no oscura, sino diabólica. Se trata (1) del uso de armas prohibidas (la bomba termobárica o de vacío y las bombas de racimo), (2) el escalamiento del estado de alerta de las armas nucleares de la Federación de Rusia al nivel de alerta elevada, y (3) los ataques indiscriminados a la población civil de Ucrania.

La invasión rusa a Ucrania ha echado por el piso todos los esfuerzos que, muy lentamente desde 1945, se habían ido concretando para garantizar la paz en el planeta. Sí que ha habido cuestionables conflictos, acciones, omisiones y fracasos durante la existencia de la Organización de las Naciones Unidas y, también avances, unos más contundentes y otros menos, sea porque fueron iniciativas tímidas o porque los países rebeldes se han dedicado a entorpecer y a neutralizar esos avances. Hoy, por las acciones de la Federación de Rusia, estamos en presencia del reto más importante que ha enfrentado la Organización de las Naciones Unidas en su historia.

Cinco días de intensas acciones de guerra han pasado y observamos que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas fue grotescamente bloqueado por Rusia ejerciendo su derecho de veto como miembro permanente del Consejo de Seguridad. Y no es que lo bloqueó antes de la invasión. No, ni siquiera se molestó en plantear sus argumentos a la comunidad internacional. Lo que pasó es que Rusia invadió a Ucrania primero simplemente porque así le dio la gana y, luego, cuando se llevó a cabo la sesión del Consejo de Seguridad para tratar sobre esa invasión en particular, ejerció su derecho de veto –bloqueando la función principal del Consejo de Seguridad- aún cuando era la parte y causa primera del conflicto. Conclusión: para Rusia y los rusos los principios inspiradores de la Organización de las Naciones Unidas se le aplican a todas las naciones, menos a ellos, porque así les da la gana.

Para cuando escribo estas líneas, la undécima reunión especial de emergencia de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas todavía continúa sesionando, escuchando a las delegaciones que se inscribieron para el debate.

Pero no es únicamente la Federación de Rusia y los rusos quienes voluntariamente decidieron adoptar el lado oscuro y más peligroso de la Humanidad junto a Bielorrusia. En lo que a mí me concierne, me parece que también el régimen usurpador y el estamento militar de Venezuela han decidido apoyar la locura rusa y bielorrusa con la invasión a Ucrania. Pero debe quedar claro al mundo que ese apoyo no implica el apoyo de todos los venezolanos, sino la demostración de la complicidad de un ínfimo número de individuos de demostrada deslealtad a su nación que también –al igual que lo dije antes- decidieron apartarse del Derecho Internacional, desasociarse de la comunidad internacional, afirmar su vocación guerrera y expansionista, desconocer sus obligaciones para con el resto del mundo, incumplir sus funciones y que también decidieron convertirse al lado oscuro y más peligroso de la Humanidad.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Luis Alejandro Aguilar Pardo

@Nash_Axelrod

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