¡IN MEMORIAM POR LOS CAÍDOS EN POS DE LA LIBERTAD!
“Cada arma que se fabrica, cada buque de guerra lanzado, cada cohete disparado, significa, en sentido final, un robo a quienes tienen hambre y no son alimentados, a aquellos que tienen frio y no son abrigados.”
Dwight D. Eisenhower (14-08-1890/28-03-1969).
Militar y destacado estadista estadounidense, trigésimo cuarto Presidente de los Estados Unidos (1953-1961).
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), Dwight Eisenhower fue el comandante supremo de las tropas Aliadas, siendo el organizador del desembarco de Normandía en 1944, así como del desembarco en el norte de África en 1942.
Entre 1948 – 1952 fue presidente de la Universidad de Columbia (ciudad de Nueva York).
Cuenta la leyenda hecha historia que Eisenhower, siendo “Comandante Supremo de las Tropas Aliadas,” después de lo ocurrido el “Día D.” Desembarco de Normandía, ante una pregunta de una periodista, sobre la minimización de las pérdidas de vidas aquel día de libertad, calculadas en un treinta por ciento (%30) menos de lo que habían estimado, contestó (palabras más, palabras menos):
“Cuando se pierde a un ser querido… ¡La pérdida es del cien por ciento!”
El grito por la paz del mundo, debe ser un llamado a la sensatez… a la cordura, al entendimiento, al raciocinio y a la prudencia.
No se puede apagar el fuego utilizando combustibles. Es perentoriamente obligatorio demostrar sensatez en las acciones…
“Necesitamos dirigentes que se manejen con sensatez
que no arriesguen vidas innecesariamente.”
La sensatez es uno de los mejores valores que puede tener un líder tanto para su propio desarrollo como para su relación con las personas que lidera, con los demás ciudadanos, y con su papel en la sociedad.
Se considera que es una herramienta fundamental para poder tratar con educación, moderación y respeto con otros individuos.
Siguiendo apegado, continua y constantemente, a mi pregón:
Soy un ignorante político y, por tanto, no me considero el más apto para dar consejos en momentos tan difíciles para la humanidad. Pero, la lógica y la razón me hacen considerar que, nacional e internacionalmente, la diplomacia verdadera, sin zancadillas ni triquiñuelas manipuladoras, utilizada siguiendo lo expreso en el “Estamento Legal” que regula las relaciones entre los países, a sus ciudadanos y, que ha servido para mantener el orden mundial… es la mejor herramienta política para preservar la vida, para preservar la paz.
Entendiendo la política como la verdadera implementación de los principios y valores tradicionales, aceptados nacional e internacionalmente, para lograr el bienestar colectivo, la paz y la armonía, entre los seres humanos.
La mayoría de los ciudadanos del mundo, “amantes de la libertad,” observamos con perplejidad increíble, como se amenaza con la destrucción del planeta, ante la inaceptable ansiedad de poder, de beneficios personales que parecen hacer actuar a las personas, con intensiones suicidas, pero en un principio, enviando a la muerte a lo mejor de una nación, su muchachada y las personas económicamente activas en pleno periodo productivo de sus vidas…
“Destrucción implacable que arrasa todo cuanto encuentra a su paso.”
Venezuela desde la creación de la República, ha sido territorio de paz, acogedor de personas que han huido del Holocausto, de conflictos bélicos, de dictaduras y de todo aquello que representa un oprobio para el ser humano…
Los guerreros, hijos de la “Patria Grande que parió los libertadores del mundo,” tan sólo han utilizado las armas en pro de la libertad y de la defensa de los Derechos Fundamentales del ser humano y, después de lograr estos sacrosantos objetivos dentro y fuera de su territorio han retornado a sus hogares sin prebendas y en ocasiones hasta en la miseria, pero ricos, muy ricos, en dignidad, principios y valores.
Podría decirse que la sensatez y la prudencia son indisolubles…
La prudencia es la capacidad de gobernarse y disciplinarse a sí mismo mediante el uso de la razón. Clásicamente se considera que es una virtud, y en particular una de las cuatro virtudes cardinales (que son, con las tres virtudes teologales, parte de las siete virtudes; a saber: Humildad (latín, humilitās) contra el pecado de soberbia. Generosidad (latín, generōsitās) contra el pecado de avaricia. Castidad (latín, castitās) contra el pecado de lujuria. Paciencia (latín, patientia) contra el pecado de ira. Templanza o temperancia (latín, temperantia) contra el pecado de gula. Caridad (latín, caritas) contra el pecado de envidia. Diligencia (latín, dīligentia) contra el pecado de pereza.
Prudentia es una personificación femenina alegórica de la virtud, cuyos atributos son un espejo y una serpiente, que se representa con frecuencia como pareja con Justitia, la diosa romana de la justicia. Significa… “ver adelante, sagacidad.”
Fuente Wikipedia.
Dios perdone a quien promueva la guerra en cualquiera de sus instancias…
¡Después de haber pagado la penitencia que le corresponde!
Maximiliano Pérez Apóstol