La influencia de los medios de comunicación ha estado sometida a juicio, cada vez más agudos, desde que a mediados del siglo XX comenzara un veloz período de expansión, poco después acelerado al incorporar en sus procesos, la invención de los circuitos impresos, y el salto cualitativo del microchips. Un enfoque analítico del asunto debe considerar al mismo tiempo el desmoronamiento del sentido crítico social, tanto en el panorama individual, como en el entorno de los gremios, corporaciones e instituciones, y por la arista más sensible y negativa de esa misma influencia. Considerando esta penetración y condicionamiento de la sociedad por el peso y gravitar de los medios impresos y electrónicos, el enfoque del caso debemos apuntarlo a los diversos grados de influencia ejercidos y sus resultados más evidentes.
Observar desde sus inicios como se formó, desarrolló, cómo y cuánto creció su efecto sugestivo, será trascendente al fijar un marco de las dimensiones alcanzadas, y estudiar así el fenómeno de forma más justa. Iniciemos caminos a la par con la aparición de la palabra escrita, perpetuando en tablillas de arcilla y papiros el pulso vital del hombre, la aventura del vivir y constituir ese primer paso de un fenómeno convertido hoy en gigante que al lado de los avances propiciados y los beneficios otorgados, tambien abruma angustia y exaspera por los daños y problemas creados al utilizar sus posibilidades bajo el manto de aberrantes pasiones y miserias, vivas en millones de seres cargado s de nefastas intenciones y fuera del control de las sociedades modernas.
La escritura junto a dos pasos tecnológicos posteriores, primero el papel y varios siglos después la invención de la imprenta (Gutemberg-siglo XVI-Maguncia) da origen al primer medio moderno de comunicación masiva: El libro impreso.
Es la llegada a la aparición del libro, desde donde se tiene suficientes elementos de juicios para hablar de la influencia de los medios modernos de comunicación masiva; la forma cómo se gestó su crecimiento y desarrollo en la medida en que multiplicó los interlocutores, las voces y los oídos; entorno a la discusión crítica de la información narrativa sobre un tópico, una hipótesis científica, o una sucesión de hechos y fenómenos. Esta multiplicación de la audiencia es lo que genera el dinamismo progresivo del discurso a través del libro como primer medio masivo de comunicación al que un siglo después – poco más o menos – se agrega el nacimiento del periódico. Éste, débilmente y a tanteos primero, con paso medidos luego y al final con el vértigo de la segunda mitad del siglo XX, se convierte en el pilar fundamental al que se llamó eufemísticamente primero, y después con palabra propia y cierta : Cuarto Poder.
Como en casi todo fenómeno social, primero aparecen los sucesos que lo conforman, sus factores componentes y elementos característicos. Después se les define. Y en una esfera de mayor posterioridad, el descubrimiento de las leyes que lo rigen, su interrelación con las ya existentes, y la cohesión o acomodación de la fenomenología propiamente dicha en su entorno respectivo, con sus implicaciones de transporte, divulgación y fijación de ideas, modos y maneras, que generalmente llamamos influencias.
Así sucede con los medios modernos. Lo que en principio intuye el poeta, luego el dramaturgo; en fin el artista, lo advierte después el científico y comienza su estudio metódico. Es así como el sociólogo observa apenas en el siglo XX por lo menos en forma coherente y sistemática, el problema de la influencia de los medios. Indudablemente el efecto sugestivo se presenta implícito con la aparición del libro, en tanto fue un catapultar del saber y del conocimiento, al vasto nivel de un horizonte multiplicado. Cientos, miles de veces; y al día de hoy cobra planos casi de absolutos.
Grande, mayúsculo, es realmente el peso gravitante de los medios impresos y electrónicos formando opinión, dictando modas, creando nuevas pautas de conducta y desechando otras, con el agravante para el caso negativo del asunto que sucede dentro de niveles de alta gratuidad, por reiteración repetitiva, arrastrando en avalancha lo que se interponga en la expedita y super veloz pista que a diario explana la radio, tiende la prensa escrita, pavimenta la televisión y abren caminos vecinales por toda parte y lugar los medios digitales… (Continuará)
Pedro J. Lozada
