Por: Javier Villanueva
Oficial Superior de Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para América Latina y el Caribe.
En esta época del año los pescados y mariscos se convierten en protagonistas. Los alimentos acuáticos adornan mesas y contribuyen con proteínas, ácidos grasos, omega-3 y micronutrientes esenciales, claves en la alimentación y nutrición. Sin embargo, este consumo estacional no se traduce en un hábito permanente. Mientras el promedio mundial de ingesta de alimentos acuáticos es de 20.7 kg per cápita al año, en América Latina y el Caribe se consume en promedio 10.7 kg, una de las cifras más bajas del mundo.
Esta brecha refleja un desafío urgente: se debe repensar cómo integrar los alimentos acuáticos en las dietas para incrementar su contribución a la seguridad alimentaria y nutricional en la región. Especialmente si consideramos que estos alimentos representan el medio de vida de millones de familias pescadoras y acuicultoras de América Latina y el Caribe.
Para esto, es necesario diseñar políticas que fomenten su consumo, actualizar los marcos normativos, fortalecer las cadenas de valor, mejorar la vigilancia sanitaria y promover el uso responsable de los recursos. Además, es fundamental garantizar que estos productos sean asequibles para las poblaciones más vulnerables.
El consumo de alimentos acuáticos contribuye en la reducción de la presión ejercida sobre los sistemas agroalimentarios. Además, ayuda a hacer frente a efectos relacionados con el clima, por ejemplo, a través de la acuicultura sostenible, que tiene una menor huella ambiental.
Para avanzar en este desafío, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsa la Transformación Azul, proceso integral que maximiza la contribución de los sistemas alimentarios acuáticos para lograr una producción más sostenible, resguardando la biodiversidad para las generaciones futuras.
Con la implementación plena de esta agenda, se estima que el consumo per cápita global podría superar los 25 kg per cápita para 2050, con impactos positivos en la nutrición infantil y en la salud pública.
La agenda de la FAO con Brasil nos permite seguir impulsando la Transformación Azul y anticipar temas clave previo a los diálogos técnicos que tendrán lugar en junio de 2025, en el marco de la XIX Reunión de la Comisión de Pesca en Pequeña Escala, Artesanal y Acuicultura de América Latina y el Caribe (COPPESAALC), organizada por la FAO.
Los gobiernos, los sectores social y privado, organizaciones, academia, consumidores, y otros socios, deben unirse para diseñar e implementar estrategias que fomenten el consumo de alimentos acuáticos, por ejemplo, incorporando estos productos a programas sociales como la alimentación escolar, así como comunicar los beneficios de consumirlos.
La Transformación Azul es el camino para una mejor producción, un mejor medioambiente, una mejor nutrición y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.
