Por: Alexis Bonte
Representante de FAO Venezuela
En 2009 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra, para reconocer y resaltar la importancia que tiene el planeta para la especie humana: su hogar.
Lamentablemente, pese a tener ese rol tan crucial para los humanos, la Tierra enfrenta diversos y severos desafíos que podrían acelerar su ritmo de degradación: cambio climático, acciones del Hombre que provoca cambios en la naturaleza y biodiversidad, deforestación, cambio de uso del suelo, producción agrícola y ganadera intensiva y el creciente comercio ilegal de vida silvestre.
Solo por mencionar un ejemplo de cómo el planeta se está viendo afectado por todos estos factores, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que cada año, por diversas razones (producción de alimentos y ganadería intensiva, entre ellas), el mundo pierde alrededor de 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a Islandia.
De la salud de los ecosistemas (sistemas formados por organismos vivos y el medio físico en el que habitan, se desarrollan y se relacionan) depende directamente el bienestar de la Tierra y la especie humana. Los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de las enfermedades, porque la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos. No obstante, según la FAO, cerca de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción.
Ante esta realidad, es necesario recuperar los ecosistemas, porque son ellos los que sustentan todas las formas de vida en la Tierra. Con este propósito, en 2021 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó desde ese año al 2030 como el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas; con el objetivo prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos.
Contribución de Venezuela
El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) ha ampliado su cartera de proyectos, de los cuales algunos de ellos apuntan a restauración de algunas zonas venezolanas. Es así como el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (MINEC), con la asistencia técnica de la FAO, ejecuta proyectos que buscan precisamente prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas.
En el estado Bolívar, donde se encuentra la formación geológica más vieja del planeta, entre ellos el Roraima, el tepuy más antiguo del mundo, está en marcha el proyecto Conservación y uso sustentable de la Diversidad Biológica en la cuenca del río Caroní; con el objetivo de mejorar la gestión, la gobernanza y potenciar las capacidades institucionales y comunitarias para el uso integrado y sostenible del paisaje, la conservación de la diversidad biológica y la provisión de servicios ecosistémicos, para generar beneficios socioeconómicos y ambientales. En la cuenca del río Caroní se genera el 70% de la energía eléctrica que consume el país, a través del embalse Guri, el más grande de Venezuela. Adicionalmente en el área de intervención de este proyecto, que abarca casi 8 millones de hectáreas, hay más de 4.800 especies de plantas, diversa riqueza mineral y más de 44.000 habitantes de comunidades indígenas.
En Amazonas, muy cerca del estado Bolívar, comenzó a ejecutarse el proyecto Gestión integrada de paisajes sostenibles para la conservación del bioma forestal Amazonas; cuyo propósito es la conservación del bosque amazónico mediante la promoción de medios de vida y producción sostenibles, resilientes y bajas en emisiones, en zonas habitadas por pueblos indígenas.
Con este proyecto se espera alcanzar al menos a 12.400 beneficiarios (5.000 mujeres y 7.400 hombres), y unas 1.500 hectáreas de ecosistemas en restauración (700 de reforestación activa, 300 de restauración pasiva y 500 de sistema agroforestal).
En los Andes, está en marcha el proyecto Manejo integrado de paisajes de uso múltiple para el desarrollo sostenible de los Andes Venezolanos, cuyo objetivo es reducir y revertir la degradación forestal en paisajes productivos, para crear un ambiente favorable para la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica.
A través de la implementación de jornadas de educación ambiental, reforestación y planificación de unidades de producción, establecimiento de sistemas agroforestales, así como faenas de conservación, este proyecto ha logrado iniciar el proceso de restauración de más de 1.821 hectáreas de tierras agrícolas y forestales.
El proyecto, además, procura el fortalecimiento de los medios de vida agrícolas a través de sistemas agroforestales, en especial en café y cacao, apoyando la producción de estos 2 rubros que son importantes para la economía del país, y que contribuyan al sustento de las poblaciones locales y beneficios ambientales globales.
En las costas del Mar Caribe, al norte del país, se ejecuta el proyecto Fortalecimiento de la gestión para combatir las amenazas de las Especies Exóticas Invasoras Acuáticas en Venezuela, el cual tiene por objetivo reducir la pérdida de biodiversidad y la afectación de servicios ecosistémicos de importancia mundial, fortaleciendo las capacidades institucionales y comunitarias en la prevención, detección temprana, control y erradicación de especies exóticas invasoras acuáticas. Datos de la FAO señalan que la presencia de especies acuáticas exóticas invasoras es uno de los cinco impulsores directos más importantes en la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.
Desde diversos ángulos, en beneficios de todas y todos, es primordial promover la armonía entre el Hombre y la naturaleza, e impulsar con sabiduría un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales del presente y el futuro. El Día Internacional de la Madre Tierra nos invita a procurar un cambio hacia una economía más sostenible, que funcione tanto para las personas como para el planeta, y contribuya con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Alexis Bonte
Representante de FAO Venezuela
