El movimiento de más de 21.000 pasajeros y 3.070 salidas durante la reciente Semana Santa desde el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto confirma que el estado Lara mantuvo sus movimientos de transporte como un eje de conexión importante. Este éxito también plantea una pregunta sobre la infraestructura: ¿Está adaptado el terminal de pasajeros para movilizar más personas y mantener su infraestructura?
Según Edgar Mogollón, coordinador de operaciones del terminal, «el operativo de Semana Santa transcurrió en completa normalidad«, reflejando no solo la eficiencia del equipo de trabajo, sino también la resiliencia de un sistema que, pese a la presión de la alta demanda, logró mantener la fluidez en los traslados a destinos como Cubiro, Quíbor, El Cují, Sarare, Acarigua, San Felipe, Caracas, Maracaibo, Valencia, Chichiriviche y Tucacas.
Este balance positivo deja mostrado la necesidad de ciertas mejoras en el servicio de transporte. Una infraestructura que cada año mueve a decenas de miles de personas requiere no solo mantenimiento, sino una actualización que responda a las exigencias del transporte terrestre, tanto por los usuarios como para los choferes.
La reciente noticia sobre el inicio de las labores de renovación del ambiente físico del Terminal de Pasajeros es un paso, pero debe verse como el comienzo de una transformación más profunda que incluya, una urgente modernización del parque automotor y el fortalecimiento de las condiciones de trabajo para el personal.
El movimiento de Semana Santa es un claro recordatorio de que el transporte público no es solo una necesidad logística: es un motor de desarrollo económico, un facilitador del turismo y un derecho ciudadano que debe ser resguardado con visión de futuro.