En el marco de la tradicional y multitudinaria procesión del Nazareno de Los Rastrojos, la Santa Eucaristía presidida por Monseñor Polito Rodríguez Méndez, Arzobispo de Barquisimeto, se convirtió en un espacio de profunda reflexión sobre el significado del Triduo Pascual, que para la fe católica representa el núcleo de la Semana Santa: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Durante su homilía, Monseñor Rodríguez centró su mensaje en la importancia de la formación de la conciencia, tomando como ejemplo la relación de Jesús con sus doce apóstoles. Destacó cómo el Señor dedicó tiempo y esfuerzo a formar a estos hombres, preparándolos para la misión de construir el Reino de Dios, una tarea que comparó con la labor de padres y educadores en la actualidad.
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El Arzobispo señaló la complejidad de formar la conciencia, recordando incluso los momentos de corrección firme por parte de Jesús, como la dirigida a Pedro. Subrayó la trascendencia de la formación que se imparte en el seno familiar, donde se aprenden los valores esenciales para la vida en sociedad y la relación con Dios.
Con una mirada crítica, Monseñor lamentó que en muchos hogares e incluso en algunos líderes religiosos, la importancia de esta tarea formativa no siempre esté clara. Hizo un llamado a padres, madres y a la Iglesia en general a retomar con fuerza la labor de formar integralmente a las personas, cultivando una conciencia que se adhiera a los principios divinos y que contribuya a la construcción de una mejor ciudadanía.
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La eucaristía, celebrada en un ambiente de recogimiento y devoción en el corazón de Los Rastrojos, sirvió como preludio al Triduo Pascual, invitando a los fieles a la reflexión y a la preparación espiritual para vivir intensamente los misterios centrales de la fe cristiana.
La figura del Nazareno, símbolo de sacrificio y redención, cobró un significado aún mayor a través de las palabras del Arzobispo, que conectaron la historia bíblica con los desafíos y la importancia de la formación en el mundo contemporáneo