El presbítero de la Catedral de Barquisimeto, padre Badoglio Durán, al explicar los significados que tienen los días jueves, viernes y sábado de la semana santa, cuando se rinden las mayores demostraciones a Jesucristo, indica que no sólo se debe ayunar como lo establece la Iglesia para honrar los méritos de la sangre derramada por el Señor en la cruz, sino también alejarnos en esta ocasión de celulares y de todas las cosas que nos alejan de Dios porque nos impiden reflexionar en silencio.
El Impulso le entrevistó para que este respetado sacerdote, de fácil palabra, amable y quien se ha granjeado la simpatía, cordialidad y admiración de la feligresía, ofrezca orientación a los lectores que desean tener conocimiento de la trascendencia de estos días.
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¿Cuál es el significado que tienen el jueves, viernes y sábado santos para los católicos?
Son días muy importantes para los católicos, porque somos cristianos, tienen una gran significación porque el jueves santos recordamos que Jesús instituyó la Eucaristía. El Señor hizo un gesto distinto a lo que es la Pascua judía. Ésta se celebra durante seis días hasta el Sabah. Comen panes ácimos, un muslo de cordero, yerbas amargas y algo con dulce, para recordar un poquito toda la esclavitud que vivieron en Egipto. Resulta que Jesús celebra la Pascua como un buen judío que es, pero parte el pan y lo reparte a los discípulos al tiempo que les dice: Coman, éste es mi cuerpo. Eso no está en el ritual de la cena pascual. Eso no lo dice ningún texto. Luego hace lo mismo con el vino al repartirlo y les dice: Tómenlo, esta es mi sangre de la nueva alianza, culminando con estas palabras: Hagan esto en memoria de mi. San Pablo, más tarde, lo confirma en primera de Corintios, capítulo 11, cuando dice; Cada vez que comemos el cuerpo y la sangre de Cristo anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
Eso lo celebramos el jueves santo, se instituye también el sacerdocio ministerial como lo conocemos hoy que es el orden sacerdotal, como yo; un día para encomendar a todos los sacerdotes,
Hay un gesto dentro de la celebración litúrgica que es lo que el mundo se queda más con eso, el lavatorio de los pies. Jesús lo hizo para enseñarles a sus discípulos que tenían que ser sencillos, humildes, serviciales. Y se hace la adoración al monumento.
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El viernes santo celebramos la liturgia de la adoración de la cruz y la comunión. Recordamos cómo Jesús muere en la cruz. Es un día importantísimo porque en muchísimas partes porque a las tres de la tarde se hace la coronilla de la misericordia. Nosotros vamos a hacer la adoración de la cruz y un viacrucis, pero el viernes santo significa que muere Jesús por nosotros, a las tres de la tarde, y es un día de penitencia, de ayuno, de abstinencia para todos los católicos. De hecho, no comer carne; y preferiblemente, ayunar.
Igualmente el viernes santo continúa la adoración del monumento, que comienza el jueves en la noche en las iglesias y por eso muchísima gente visita los siete templos. Es una tradición muy antigua en Venezuela y cuando las tradiciones se prolongan de generación en generación se convierten en leyes no escritas.
De jueves a viernes santo se hace la adoración al monumento para recordar a Jesús muerto en el sepulcro, pero obviamente en la Eucaristía. En todas las iglesias tenemos ese acto de veneración.
Y el sábado de gloria es todo el día de duelo porque se recuerda que Cristo ha muerto, vemos a la Virgen dolorosa llorando a su hijo y es un día de profundo duelo en la Iglesia. No hay ninguna actividad religiosa hasta la vigilia pascual que en todas las iglesias va a ser de noche. Aquí en la Catedral será a las siete de la noche y haremos todas las lecturas propias del sábado de gloria, la bendición del agua, la bendición del fuego con las velas. Se encienden las velas porque Cristo es la luz. Y el cirio pascual que tendremos ese día tiene como significado que Jesús es resucitado. Lo vamos a tener encendido como significado de la resurrección del Señor. Esa vigilia es muy bonita en la Catedral porque apagamos todas las luces y parece que todos estuviéramos en un teatro porque se ve la luz del cirio en el techo. Y el domingo celebramos la resurrección de Jesucristo.
¿Qué nos podría decir del ayuno como actitud propia de los católicos en la semana mayor?
El ayuno es la privación voluntaria de alimentos; es decir, que dejo de comer más de lo que siempre como en los demás días ordinarios de la vida y eso se lo ofrezco al Señor. Hay gente que antes de hacer el ayuno se toman un café y dejan de comer hasta las cuatro de la tarde. El ayuno también lo hacen los musulmanes en el Ramadán. El ayuno viene siendo un acercamiento más cercano al Señor. Y yo pienso que no debemos establecerlo solamente en la alimentación, sino extenderlo más allá para dedicarnos a la reflexión espiritual y, en tal sentido, alejarnos del celular, de las pantallas no sólo de teléfonos y de la televisión, sino de todas aquellas cosas que sabemos nos apartan del Señor. Ayunar es fundamental para sentirnos bien con nosotros mismos y ante Dios. Jesús ayunó en el desierto para orar. Nos dejó el ejemplo de que el ayuno y la oración le hacen bien al alma.
Padre, si Jesús con sus discípulos comió carne de cordero en la última cena, entonces, ¿por qué se le prohíbe comer carne a los católicos en estos días de la semana santa?
Obviamente comió ese muslo de ovejo. Está bien, la pregunta es capciosa. Nosotros lo hacemos porque Cristo, como dice San Pablo en Filipenses, Él se hizo como nosotros, menos en el pecado. Tomó la carne del cuerpo humano. Históricamente, desde hace muchísimos años, precisamente desde el medioevo, la Iglesia siempre ha guardado el viernes santo con mucho respeto por alusión a los méritos de la sangre que derramó Cristo. No comemos carne porque es una privación muy sencilla, no es traumática.