Hablar o escribir sobre Asdrúbal José Colmenares, es un gran camino a recorrer donde podremos encontrar lo maravilloso, lo imaginario, lo sublime, lo humano y sobre todo, lo lúdico.
Asdrúbal José Colmenares, lo conocí hace muchos años en Coro, en una exposición en el Ateneo, meses después, nos encontramos en París, en 1967; pasó el tiempo. Viajé a Londres tres años.
Cuando regresé a París fue el amigo que me brindó el apoyo de estar pendiente de todo lo necesario para que yo pudiera realizar mis obras y me dio alojo en su minúsculo taller, pero grande en su amistad. Allí trabajaba Asdrúbal sus obras y la guitarra del chileno Patricio Mercado amenizaba en los momentos de soledad, esos días de poco recursos, era la miseria; era la bohemia. Pero había una gran alegría de vivir, había allí la musa de la creatividad. Allí se desarrollan sus obras. Es la génesis de su creación, irreverente con lo conocido, a veces, utilizando la tecnología con obras que ellas mismas creaban. Nos sorprendía con planteamientos extra pictóricos. Juegos lumínicos…
Regreso al pasado. Yo dormía al lado de ellas, del alfabeto polysensorial, de las obras transformables construidas y recreadas por el espectador, quienes participaban creando obras, modificándolas, haciéndose niño creador.
Recuerdo una gran Exposición Internacional de varios artistas en La Rochelle, Francia, donde una escultura de Asdrúbal con varios metros de alto con muchas hélices quería volar tuvimos que ponerle piedras para sostenerla. Allí trabajamos varios artistas en compañía con los obreros, herreros y realizamos varias obras en toda la ciudad pasamos varios días a orillas del mar, invitados por la Alcaldía de La Rochelle. Compartimos viajes, música, alegrías, pequeñas fiestas, copas de vino y las miradas de chicas francesas, mientras sus obras estaban presentes, mejorando nuestras utopías…
Me consiguió la primera invitación en el «Salón de Grands et jeunes d’aujourd’hui» (1972), siempre le agradezco ese apoyo que me brindó cuándo salía de viaje para dejarme algo de dinero para comer; así, era Asdrúbal, no solamente con los artistas, con cualquiera persona se le acercaba y le daba su apoyo. Hace pocos días que se ha ido, se ha ido al gran viaje que todos tenemos que hacer al lugar del descanso eterno donde se vive en total Paz. Lo recordaré y lo recordaremos todos como un hombre que vivió para su arte, para su alegría, para su juego, porque para él, El ARTE con mayúscula formaba parte de un gran juego, las personas participaban agregándole arabesco o trazados en esas superficies imantadas. Recuerdo a Asdrubal José Colmenares cómo le gustaba el dulce Babá, una torta francés. Hoy recuerdo tantos momentos con el maestro Asdrubal Colmenares, me hace sentir que el tiempo no ha pasado y que están presente en los recuerdos de todos sus allegados, de su esposa Arlette, familiares, amigos y de todas las personas que lo conocieron. Paz a sus restos, falleció en París 12 de abril 2025, había nacido en Trujillo 31 agosto 1936. Adiós amigo…
Esteban Castillo