El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y una de las voces más influyentes de las letras hispanoamericanas, falleció este domingo en Lima a los 89 años, según informó su familia en un comunicado difundido en redes sociales.
“Con profundo pesar anunciamos que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, falleció pacíficamente hoy en Lima, rodeado de su familia”, señalaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana en una carta compartida en la red social X.
Considerado una figura clave del Boom latinoamericano, Vargas Llosa fue autor de obras fundamentales como La ciudad y los perros, Conversación en la catedral, La casa verde y La fiesta del chivo. Su estilo narrativo, su crítica a las estructuras de poder y su mirada aguda sobre la condición humana marcaron a generaciones de lectores y escritores.
Un legado literario monumental
Vargas Llosa irrumpió con fuerza en la escena literaria en 1963 con El tiempo del héroe, una novela inspirada en sus años en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima, que provocó escándalo entre los sectores conservadores del país. Desde entonces, su producción no se detuvo. Fue también un destacado ensayista, dramaturgo, articulista y crítico político.
En 2010, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura “por su cartografía de las estructuras de poder y sus agudas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.
La noticia de su muerte generó una ola de homenajes en todo el mundo. Desde España, país donde vivió por muchos años y del que también obtuvo la nacionalidad, el rey Felipe VI y la reina Letizia expresaron sus condolencias: “El Olimpo de la literatura universal ha abierto sus puertas a Mario Vargas Llosa”.
Un intelectual que marcó la política y el pensamiento liberal
Más allá de la literatura, Vargas Llosa fue un intelectual comprometido con el debate público. De joven simpatizó con el marxismo y apoyó la revolución cubana, pero más adelante viró hacia el liberalismo político y económico, convirtiéndose en un férreo defensor de la democracia y las libertades individuales.
Su enfrentamiento con regímenes autoritarios y líderes de izquierda en América Latina fue constante, lo que le valió tanto admiración como críticas. En 1990, se postuló a la presidencia del Perú, siendo derrotado en segunda vuelta por Alberto Fujimori.
Uno de los episodios más grabados de su vida personal fue su ruptura con el colombiano Gabriel García Márquez, otro Nobel y figura central del Boom. En 1976, en un encuentro en México, Vargas Llosa lo golpeó en el rostro, marcando el fin de su amistad. La causa del incidente sigue siendo objeto de especulación.
Una despedida sin ceremonia pública
Según información sus hijos, los restos del escritor serán incinerados y no se celebrará ninguna ceremonia pública. “Su partida entristecerá a sus familiares, amigos y lectores de todo el mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que disfrutó de una vida larga, aventurera y fructífera, y deja tras de sí una obra que lo sobrevivirá”, señaló.
Con su muerte se cierra un capítulo brillante de la literatura en español. Sin embargo, su legado permanece vivo en sus libros, que hoy más que nunca invitan a ser redescubiertos.