Para el cierre del año la Encuesta de Coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB proyecta una inflación por encima de 220 y una caída del PIB de 2,05%, de acuerdo con la información dada a conocer a los medios este miércoles.
Las proyecciones indican igualmente que la producción petrolera se contraerá 11%; el volumen de exportación de petróleo se reducirá 20% (en barriles por día); las exportaciones totales del país caerán 30,48% (en dólares); las importaciones totales del país caerán 13,14%. (en dólares) y la oferta de divisas en el mercado cambiario formal caerá 40%.
Destacan los investigadores, entre otras causas “un contexto muy adverso de incertidumbre e inestabilidad”, ocasionado por variables externas e internas, entre ellas “los cambios en la política económica promovidos por el nuevo gobierno en los EEUU», la “restitución de las sanciones petroleras y financieras” y la “evolución poco favorable del mercado petrolero”.
“En un escenario como este, es de esperar una contracción de la actividad económica acompañada de la devaluación del tipo de cambio y una aceleración de la ya muy elevada tasa de inflación interna. Con una elevada probabilidad, la economía venezolana terminaría contrayéndose este año, aún teniendo en cuenta la reducción de casi 70% en el nivel de actividad que se experimentó entre 2014 y 2020. Esto supone una reversión en la tímida tendencia de recuperación de la economía que se estima caracterizó al período 2021 – 2024. La tasa de inflación probablemente volverá a moverse en el intervalo de los tres dígitos, no solo como consecuencia de la acelerada depreciación de la tasa de cambio, sino también por la muy probable recurrencia al financiamiento monetario del gasto público, para ‘compensar’ la caída en los ingresos petroleros y tributarios internos, frente a un gasto fiscal rígido en extremo”, se lee en el documento.
Los expertos del IIES advierten el impacto que el comportamiento de los principales indicadores económicos tendrá a corto plazo sobre la población.
«Para una economía que se ha contraído de manera tan significativa en un reducido plazo, contraerse aún más, incluso a tasas relativas que podrían parecer pequeñas, tiene importantes implicaciones sobre el nivel de bienestar social y la distribución del ingreso.
La creciente informalidad del empleo y la incapacidad para desarrollar políticas sociales compensatorias, suponen un retroceso en la tímida reducción en los niveles de pobreza que se registraron durante el primer semestre de 2024”.