El volcán Kilauea, uno de los más activos del mundo, ha vuelto a despertar, ofreciendo un espectáculo impresionante de lava incandescente que atrae a miles de espectadores. Este gigante de Hawái, conocido por su actividad casi constante, ha iniciado la erupción número 17 en este ciclo eruptivo.
Un ciclo eruptivo que no da tregua
Desde diciembre, el Kilauea ha estado en un vaivén de erupciones y pausas, manteniendo a los científicos y a los habitantes de la Isla Grande en constante alerta.
El último episodio, que comenzó el lunes por la noche, ha producido fuentes de lava que alcanzan alturas de hasta 305 metros, un espectáculo que ha cautivado a quienes se acercan al Parque Nacional de los Volcanes de Hawái.
A pesar del peligro potencial, la erupción del Kilauea se ha convertido en una atracción turística, con miles de personas sintonizando transmisiones en vivo del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) para presenciar el flujo de lava roja brillante. Hasta ahora, la lava ha permanecido confinada dentro de la caldera del volcán y del parque, sin representar una amenaza para las zonas residenciales.

Un volcán en constante actividad
Situado en la parte sureste de la Isla Grande, el Kilauea es un volcán en escudo, conocido por sus erupciones efusivas y su larga historia de actividad. Su último ciclo eruptivo inició el 23 de diciembre, y desde entonces, ha estado en un ciclo de erupciones intermitentes, manteniendo a los científicos en constante observación.