El gobierno de Donald Trump ordenó a Global Oil Terminals, una empresa del magnate petrolero y donante republicano Harry Sargeant III, cesar sus operaciones en Venezuela. La compañía tenía autorización para comercializar petróleo venezolano desde mayo de 2024, pero ahora debe abandonar el país sudamericano antes del próximo 27 de mayo.
Segunda petrolera estadounidense en perder licencia
Global Oil Terminals se convierte en la segunda empresa estadounidense en perder la autorización para operar en Venezuela, después de que Chevron recibiera una notificación similar el mes pasado. Ambas compañías tenían permisos especiales para comprar crudo pesado venezolano, parte del cual se destinaba a la pavimentación de carreteras en EE.UU.
El Departamento del Tesoro envió una carta a Global Oil donde se especifica que todos los pagos a entidades venezolanas deben completarse antes del próximo miércoles, lo que implica una salida inmediata.
Trump endurece su postura hacia Maduro
Desde su regreso al poder, Trump ha cambiado la estrategia de su gobierno hacia Venezuela. Inicialmente, su administración mostró disposición para negociar con Nicolás Maduro, permitiendo acuerdos comerciales con petroleras estadounidenses. Sin embargo, ahora su gobierno ha retomado una política de aislamiento, influenciado por figuras como el secretario de Estado, Marco Rubio.
Trump también firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 25 % a cualquier país que compre petróleo venezolano, lo que ha generado la retirada de compradores como la empresa india Reliance Industries.
Impacto en las relaciones internacionales
La medida podría abrir espacio para que China y otros rivales de EE.UU. incrementen su influencia en la industria petrolera venezolana. Aún no está claro si petroleras europeas como Repsol y Shell también perderán sus autorizaciones para operar en Venezuela.
Esta decisión también se enmarca en una creciente tensión migratoria entre EE.UU. y Venezuela. Trump ha culpado a Maduro por retrasar la repatriación de migrantes venezolanos, y su gobierno ha enviado deportados a prisiones en El Salvador y Honduras en un intento por presionar al mandatario venezolano.
El gobierno de Maduro ha reaccionado enviando aviones a Honduras para recoger a migrantes trasladados allí por EE.UU., en un aparente esfuerzo por contrarrestar la presión republicana.
Con la revocación de estas licencias y la imposición de nuevos aranceles, la administración Trump refuerza su postura de mano dura contra el gobierno de Maduro, marcando un giro significativo en la política exterior estadounidense hacia Venezuela.