El exparlamentario, abogado y defensor de los Derechos Humanos, Rafael Narváez, arremetió contra la política económica del Estado venezolano, responsabilizándolo de una inflación descontrolada que ha llevado a una devaluación feroz del bolívar.
Según Narváez, la competencia entre el dólar oficial y el paralelo solo agrava la pobreza y destruye el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Un sistema que empobrece al pueblo
Narváez denunció que el Estado nunca ha mostrado interés en mejorar la calidad de vida de los venezolanos ni en garantizar su bienestar social.
«El dólar oficial y el paralelo se pelean para ver quién empobrece más al pueblo», afirmó el defensor de los DDHH, destacando que el colapso económico ha pulverizado los ya miserables salarios y pensiones, dejando al 80% de los hogares en condiciones de pobreza extrema.
El abogado señaló que la política económica actual no solo incrementa la desigualdad, sino que actúa como una «fábrica de pobreza», en la que los más vulnerables quedan desprotegidos y sin posibilidad de reclamar sus derechos.
«Estamos en presencia de una política despreciable e inhumana que mantiene a los ciudadanos en un estado de indefensión, donde cualquier intento de protesta es respondido con detenciones arbitrarias», denunció.
Crisis en los servicios públicos y la salud
Narváez también alertó sobre el deterioro de los servicios públicos y el colapso del sistema de salud. «Para ser atendidos en los hospitales públicos, los ciudadanos deben llevar todos los insumos porque los centros de salud carecen de recursos», afirmó. Esta situación, según el abogado, agrava aún más la crisis humanitaria que enfrenta la nación.
El Estado como promotor de la pobreza
En su declaración, Narváez responsabilizó al Estado de ser el principal promotor de la hambruna y la pobreza en Venezuela, asegurando que esta política viola no solo los derechos civiles y políticos, sino también el derecho humano fundamental a la alimentación.
«El poder por el poder ha sido la única prioridad del Gobierno, mientras el pueblo se sumerge en la desesperanza y la miseria», concluyó.
La denuncia de Narváez se suma a un creciente descontento social ante la crisis económica y humanitaria que atraviesa el país, mientras los venezolanos continúan enfrentando el desafío diario de sobrevivir en un contexto de hiperinflación y precariedad.