«No puedes resolver un problema con la misma mente que lo creó; necesitas nuevas perspectivas y enfoques para encontrar la solución correcta».
Zig Ziglar
El éxito de un emprendedor no solo depende de su talento y esfuerzo, sino también de su capacidad para recibir retroalimentación objetiva y detectar oportunidades y desafíos antes de que se conviertan en problemas. En este sentido, contar con un coach que brinde una visión externa y objetiva puede marcar una diferencia significativa en la trayectoria de un negocio.
Los emprendedores suelen estar profundamente involucrados en sus proyectos, lo que puede generar sesgos cognitivos que les impiden ver con claridad ciertos riesgos u oportunidades. Daniel Kahneman, psicólogo y premio Nobel de Economía, destaca en su obra Thinking Fast and Slow que «las personas somos inherentemente susceptibles a la ilusión del conocimiento y la sobreconfianza en nuestras propias percepciones». Un coach proporciona una perspectiva externa que permite al emprendedor cuestionar sus suposiciones y evaluar de manera más objetiva las decisiones estratégicas.
Un emprendedor puede pasar por alto oportunidades valiosas o subestimar amenazas si no cuenta con un punto de vista externo que le ayude a analizar su entorno. Como afirma Peter Drucker, considerado el padre de la gestión moderna: «Donde hay una crisis, también hay una gran oportunidad». Un coach experimentado ayuda a su cliente a identificar patrones, tendencias del mercado y áreas de mejora que podrían haber pasado desapercibidas.
Por ejemplo, una empresa emergente en el sector tecnológico podría centrarse excesivamente en la innovación del producto y no prestar suficiente atención a la experiencia del cliente. Un coach podría advertir este descuido y sugerir estrategias para mejorar la retención y fidelización de clientes, evitando así una posible pérdida de mercado.
Tomar decisiones erróneas puede salir caro, tanto en términos económicos como en el posicionamiento de una empresa. John C. Maxwell, experto en liderazgo, sostiene que «una persona inteligente aprende de sus propios errores, pero una persona sabia aprende de los errores de los demás». En este sentido, un coach no solo ofrece una visión objetiva, sino que también aporta su experiencia para ayudar al emprendedor a evitar tropiezos que otros ya han cometido.
Por ejemplo, el crecimiento acelerado de un negocio sin una estructura organizativa adecuada puede generar problemas de gestión y eficiencia. Un coach con experiencia en escalabilidad empresarial puede alertar sobre estos riesgos y sugerir soluciones antes de que se conviertan en crisis.
Definitivamente, la capacidad de un emprendedor para tomar decisiones acertadas depende en gran medida de su disposición a recibir retroalimentación externa y objetiva. Un coach actúa como un observador imparcial que ayuda a identificar oportunidades, prevenir errores costosos y optimizar estrategias. Como bien lo expresó Tony Robbins: «El éxito en la vida está determinado por la cantidad de incertidumbre con la que puedes lidiar con comodidad». Con el apoyo de un coach, los emprendedores pueden enfrentar la incertidumbre con mayor claridad y confianza, fortaleciendo así sus posibilidades de éxito.
Continuará…
Italo Olivo
www.iolivo.com