Lo sublime del sentimiento lleva la imaginación hasta la misma gloria: “Te invito a que soñemos, ven conmigo mujer, amémonos tu y yo. Sembremos la semilla que ella cuando grande nos sabrá agradecer, Vamos y no temamos que el sol de la libertad en lo alto nos alumbra. Lleguemos pero lleguemos juntos, compartamos este cielo el mismo que saboreamos. No importa lo espantoso del camino, no vamos a temer por los fríos inviernos, nos sabremos defender” (Autor Mauricio V. N.)
El amor es esa balsa que lleva a dos dentro, hasta que empieza el sacudón de las tormentas y todo cambia. Difícilmente en tiempos de tanto ego crecido, de egoísmos, de narcisismos e incomprensiones, sea capaz la unión de dos seres humanos de resistir significativamente la erosión del tiempo, las pruebas y turbulencias bajo techo. Esperaré hasta que todo mejore, para algunos esta actitud se convierte en forma de vida; siempre están postergando decisiones, esperando un milagro o que el otro cambie. La lucha de superar las crisis es tarea de cada uno. De la lucha, del cariño y de la actitud que tomen surgirá la fuerza para vencer cada dificultad.
Todas las vidas son una novela, cada uno es protagonista de su historia. Amores hay que se mantienen siempre en medio de una tormenta, en corto tiempo el viento de la desgracia todo lo arrasará. El amor se va cuando entre los dos han muerto las palabras.
Desde muy pequeños nos enseñan que la vida es nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir. Con ese aliciente deberíamos salir corriendo, lejos de ese panorama sin estímulo. ¿Cuándo nos dirán que merecemos ser felices y amados? Las pruebas dentro de la pareja son comunes y superar los escollos solo el amor de los dos podrá lograrlo sin perder el respeto, el cariño, la pasión ni el humor, eso es una pareja ideal. Para muchos la emoción es el perenne motor encendido que no debe apagarse jamás, pero en la realidad para Walter Riso “Nuestra capacidad física en lo que a placer se refiere, es limitada, por esta razón el cerebro no soportaría por tanto tiempo la carga de tanta energía”.
Al amor como a las flores hay que halagarlo, echarle agüita, abonarlo y nunca cansarse de nutrirlo. Cuando el amor se sale del corazón, del tuétano, de la admiración y del respeto no hay nada que lo resucite. El rechazo es el golpe mortal que recibe quien ama, cuando se da cuenta que en el centro del lecho solo quedan cenizas. Al amor como a las amistades se conocen y aprecian mejor en las peores situaciones. La amistad como el amor no es complaciente sino incondicional. En resumidas cuentas cada uno defiende su posición. Contigo pan y cebolla es lo más falso escuchado. Así mismo como lo expresa Riso: “Hasta que la muerte los separe”, es una condena, porque el amor no se encierra ni se encadena, entra y se va cuando quiere…
La felicidad es tan frágil que solo basta una palabra para romperla en mil pedazos… El amor viene como una flor avanzando con su decidido aroma hasta la magnitud de la rosa o la magnolia, el clavel o la margarita y es esta última la que trae a la luz del corazón la esperanza de ser querido. Mientras tanto siga deshojando la margarita “me quiere, no me quiere, me quiere”…hasta que se acaben los pétalos de la ilusión…
Amanda Niño P.